ραѕιтσѕ ∂є ριиgüιиσ •• ChanIn •• -αdαpтαcιóɴ

Sept.

El cumpleaños número 10 de Chan estaba a la vuelta de la esquina.

Sus padres le habían preguntado si quería una fiesta, para celebrar con sus amigos.

Pero Chan sabía que Jeongin no podría asistir.

Y se sentía muy triste por ello.

Por lo que decidió que haría dos fiestas, una con sus amigos y otra muy pequeña sólo para Jeongin y él.

Así, a la semana siguiente, Chan jugó y comió muchos dulces con sus amigos de la escuela el día de su cumpleaños. Al día siguiente invitó a Jeongin a su casa por primera vez.

—Feliz cumpleaños, Chan. Aunque fue ayer, pero no pude venir —Jeongin hizo un mohín con sus labios.

—Gracias, Innie.

Chan estaba acostumbrado a abrazar a la persona que le decía aquello, pero respetaba tanto al menor, que le dio su espacio y simplemente jugaron a las escondidas.

A Jeongin le gustaba el jugo de manzana, así que Chan le pidió a su madre que comprara varias cajitas para el castaño.

El niño conocía a Jeongin hace tan poquito tiempo y aún así sentía como si el de cabellos castaños fuera el mejor amigo de toda su corta vida.

—Te quiero, Innie.

—Yo también a ti, Channie.

—Pero aún no puedes ni siquiera darme la mano.

—No creo que los amigos tengan que darse la mano.

—Umh.

Chan ignoró lo que había dicho el menor sólo para seguir jugando los videojuegos que su padre le había regalado. Le enseñó a jugar a Jeongin, pero el menor perdió en todas las partidas.