Seize.

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Jeongin estaba feliz de volver a asistir a clases.

Excepto por matemáticas.

A pesar de que le iba muy bien, siempre se ponía nervioso cuando le tocaba salir a la pizarra a resolver un ejercicio.

Sobre todo con el profesor que tenía.

Chan lo acompañó hasta la puerta de su salón.

Y hasta ese momento, Jeongin estuvo feliz. Pero no esperaba que su profesor decidiera que como había faltado tanto a sus clases, él sería el primero en pasar adelante.

Lo malo era que Jeongin no entendía nada de lo que estaban haciendo.

El ejercicio estaba allí, era álgebra simple.

Pero para el pequeño estaba siendo todo un reto leerlo.

Su profesor le gritó muchas veces, porque según él, esto debería ser algo aprendido. Jeongin se sintió diminuto.

¿Quién quiere hacer este ejercicio? Al parecer este niño no sabe nada.

Jeongin fue a su asiento muy desanimado.

Seungmin le hizo dibujos para que riera, pero no lo consiguió.

Jeongin sólo quería ver a su Hyung.

Se le hizo una eternidad hasta que su clase acabó y por fin, pudo ver a Chan a la salida.

El menor no pudo aguantar las lagrimitas que llenaron sus ojos cuando recordó lo mal que lo había tratado aquel hombre de los números.

Era la primera vez que se sentía así y sin pensarlo dos veces, corrió hasta donde estaba el mayor y se lanzó a sus brazos, queriendo experimentar otra vez el calor de aquel día.

Chan se sorprendió, pero le hizo cariños hasta que el menor pudo calmarse del todo.

Los nervios llenaron su cuerpo en un instante, pero logró pensar que con Chan estaba seguro.

Lo que más le gustaba a Jeongin, era que con el mayor, ya no sentía miedo.

ραѕιтσѕ ∂є ριиgüιиσ •• ChanIn •• -αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora