Pd: Feliz Navidad adelantada.
Esa semana me había enfocado en pasar tiempo con Lazari y Jeff. Los había dejado abandonados por un tiempo y esa no era la idea. Así que por la mañana fui una princesa caníbal junto a Eyeless, y ahora era una asesina acompañada de otro asesino mucho más demente que yo.
El bosque, como era de esperarse, solo dejaba escuchar el viento acariciando las ramas de los árboles. Nuestros pasos eran lo más cautelosos posible, ya que no queríamos espantar a las posibles víctimas que estaban cerca nuestra.
—Creí que no accederías a venir conmigo-dijo con una risa.
Lo miré extrañada.
—¿Por qué no vendría? Es un pasatiempo entretenido.
—Todas las veces que solíamos salir, terminabas herida y yo discutiendo con Masky—comentó y agregó, con su ego en lo alto—. Creí que no te animarías a acompañar al gran Jeff the Killer.
Suspiré y negué con la cabeza, típica reacción ante las estupideces de Jeff. Iba a bajarlo de las nubes cuando unas risillas se escucharon cerca nuestra. Nos miramos un momento y asentimos, ocultándonos detrás de los árboles. Por los murmullos parecía tratarse de una pareja. Una irritable pareja. Asomé mi rostro y los miré entrar en una carpa, dándonos oportunidad.
—Jeff, vamos aho...
El jodido Mapache se adelantó y tomó una guitarra que estaba apoyada en un tronco. Me acerqué, bastante irritada.
—¿Qué demonios haces?
—Nina rompió su guitarra la vez pasada-comentó con desinterés y regresó la guitarra a su lugar—. Quizá me la lleve.
Sin decir más, nos ubicamos en nuestras posiciones. Tenía una vaga idea de lo que podría llegar a encontrar si abría la carpa, pero necesitaba despejar mi cabeza con lo que fuere.
Mis manos abrieron la carpa de par en par, encontrándome con esta pareja desnuda, uno sobre el otro.
—Por un demonio, lo que faltaba...
La chica estaba como un tomate encima del chico, quien la cubría lo más que podía con sus brazos.
—¡Sal de aquí! ¡Maldición!—Gritó avergonzado.
Yo simplemente me reí, ajena a la situación que tenía frente a mis ojos.
—Ya me iré—afirmé, tanteando el mango de mi katana con mis dedos—. Primero déjenme participar de la diversión.
Sus ojos se dirigieron a mi mano, aquella que desenfundó mi hermosa arma. Los gritos no se hicieron esperar, la chica salió por mi lado justo cuando Jeff rompió la tela de la parte trasera.
—Déjamelo a mí, tú encárgate de esa chica.
Asentí y seguí el camino que ella había tomado. No debía ser difícil encontrar a una chica desnuda corriendo por el bosque, o eso suponía. Me alejé del sendero y me escabullí entre los árboles para camuflarme, y al rato escuché su respiración agitada cerca de mí. Asomé mi rostro y la observé dándome la espalda, así que aproveché y con cautela fui detrás de ella; tomé mi katana como debía y pude rebanar sus talones de un ágil movimiento.
Su grito fue un canto celestial.
Cayó al suelo, ensuciándose de tierra y sangre mientras se abrazaba ella misma. Miré su rostro y guardé cada facción de horror que se dibujaba en él, como si se tratara de una obra maestra.
—¡Déjame ir!—Suplicó en medio del llanto— ¡Por favor, no arruines tu vida así!
Dejé escapar una risita mientras me quedaba en cuclillas frente a ella. Acomodé un mechón de su cabello mientras que estaba paralizada.
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Pequeña condenada (Creepypastas y tú)
Fanfiction_____ tiene una misión bastante compleja: volver a ganarse la confianza de los creepypastas y destruirlos junto a Lazari, su pequeña e inocente hermana. Sin embargo, el pasado afectará la decisión que ella deberá tomar; el cariño resurgirá de las ce...