En el futuro...
La aventura de dos extraños comienza en una huída por salvar sus vidas para intentar limpiar sus nombres y demostrar quien en verdad son descubriendo sus propositos para vivir.
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En las planicies rocosas de Chadhel un enmascarado se levantaba de entre los restos de su vieja nave. Su desconcierto era evidente. Había ideado un plan de escape que de alguna manera resulto mal. Las coordenas que uso para hacer el salto no fueron las correctas, por la prisa que tenía, tuvo que haber hecho algo mal, lo que ocasiono que terminara en un inmenso desierto sin aparente fin. Recordó que no viajaba solo, que su más fiel amigo lo acompañaba.
- ¡Rash! ¡Rash! - gritaba desesperado temiendo por la vida de su amigo -. ¿Donde estas?
El único acompañante que le quedaba era el poderoso viento que levantaba remolinos de polvo.
- ¡Rash! - penso que su mascara al hacerlo hablar con una voz extraña, era menos perceptible. Estuvo apunto de quitársela cuando escucho un ruido detrás de él -. ¿Rash, eres tu?
Lo más cercano que recibio a una respuesta fue un disparo que paso rosando su casco. Se tiro al suelo intentando evitar las rafagas siguientes.
"Carajo, no me esperaba una bienvenida con cazadores en estos lares".
Trato de buscar un arma para defenderse, todas se habian quedado dentro de su nave y esperaba que al menos contara con una. Después del primer impacto no le quedaban esperanzas ni siquiera de encontrar mudas de ropa o alguna lata de comida. Quedandose bajo un fragmento de un ala de la nave se arrastro por los escombros hasta llegar a lo que quedaba de una caja que se encontraba enterrada en la arena. Los disparos hacia él no se detenian, pero no parecía que quicieran matarlo tan solo lo hacían para asustarlo, o simplemente no tenían interes en acabarlo en un solo golpe sin antes jugar con él. No logro llegar hasta la caja. Una explosión cerca de él lo arrojo varios metros lejos de los escombros hasta un cumulo de rocas donde se golpeo la espalda y pudo asegurar que alguna costilla si se había roto. Intento ponerse de pie dandose cuenta que su pantalon estaba un poco quemado y que su pierna derecha estaba muy mal herida por la explosión. Trato de ver hacia quienes seguían disparando, con el humo pudo percibir como cargaban un lanza cohetes que se dispararía en su dirección nuevamente. Con eso le quedo claro que los juegos habian terminado y que ahora lo querían matar ya.
Su reacción fue de indudable terror. Intento correr hacia la cabina destroza cuando otra explosión lo hizo saltar hacia atras. La vista se le nublo al instante de caer al suelo, no sentía sus piernas y por unos segundos creyo que las había perdido. El aire en sus pulmones se perdio y el pecho le dolía mucho. Creyo que moriría en ese preciso instante, pero, poco a poco sus pulmones empezaron a funcionar. La luz del sol atraveso su casco metalico y su ojo de color verde quedo expuesto. Estaba agrietado por la explosión y eso le sorprendio: "Hubiera muerto de no traerlo puesto, o por lo menos hubiera perdido el ojo".
Escucho como alguien daba las ordenes de ir a buscarlo.
- ¡Traiganme a ese bastardo!
Se arrastro por los asperos suelos aguantandose el dolor que le provocaba hacerlo. Volvio a oir como a sus espaldas otro más gritaba:
