CAPÍTULO 4: Una Invitación Inesperada

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     Ya había amanecido y nuevamente se me había hecho tarde para ir a la universidad <me odio>. Anoche me acosté tarde matando el tiempo en mis redes sociales, mi cuerpo se sentía algo pesado, con ganas de seguir durmiendo, pero tengo que ir a clases.

     Rápidamente tomé un baño y me vestí con un pantalón blanco una camisa tres cuarto roja y unos botines negros. No me dio chance para desayunar, así que me dirigí a la puerta para salir e irme.

     Cuando me encontraba pasándole llave a la puerta de mi departamento, veo de reojo a un niño que me parecía haberlo visto con anterioridad, me doy cuenta que es el mismo pequeño que se encontraba ayer sentado en el piso antes de irme a mí instituto. Me le vuelvo a quedar mirando y decidí hablarle.

—Ehmm... hola ¿cómo te llamas?.— El niño sólo me observó sin contestarme.— Supongo que eres de pocas palabras.— Me fui acercando más a él.— Yo soy Tobías.— Le extendí mi mano y el pequeño me correspondió estrechandola <wow creí que me dejaría con la mano colgada>.

—Soy Lyan Castañeda.— Habló sorpresivamente el pequeño rubio con la mirada en el suelo.

—Un gusto Lyan.— Le esbocé una sonrisa.— Oye ¿Siempre te sientas en este mismo lugar todos los días?

—Sólo desde que se fueron los antiguos vecinos.

—¿Ah sí?.— Sonó mi teléfono, me había llegado un nuevo mensaje.

*Mensaje de texto*

Hola Tobías! Ya te estamos esperando en la uni, ya la clase comenzará dentro de poco, así que apúrate .

PD: Besos en la cola.

April.

<¡Oh rayos!, Llegaré tarde nuevamente>

—Me debo ir Lyan, luego hablamos mejor.— Él asintió.— te veré luego.— Me despedí del pequeño rubio y rápidamente comencé a correr para conseguir un taxi, desafortunadamente no conseguía ninguno <mierda, hoy estoy más retardado>. El día pintaba a ser totalmente nublado y frío, y para mi mala suerte no había traído conmigo mi chaqueta.

—¡Que alguien me dé un tiro!.-— Grité en voz alta sin querer.

—Yo te puedo hacer el favor.— Contestó un jóven muy alto con cara de maleante que hizo a un lado parte de su chaqueta, dejándome a simple vista un arma que tenía entre la pretina de su pantalón. No pensé dos veces para comenzar a correr con todas mis fuerzas y alejarme lo más posible de aquél hombre <¿Realmente me iba a matar?>.

     Había comenzado a llover y ya estaba totalmente empapado de agua <este día no podía ser peor>. Ningún taxi quería llevarme en esas condiciones, de igual modo ya estaba a pocas cuadras de la universidad, así que terminé de llegar mojado y algo cansado, y para mi mala suerte, antes de entrar a la puerta de aquel instituto, un auto pasó muy rápido cerca de un charco que se encontraba en la acera donde yo estaba e hizo que me salpicara encima mucha agua sucia <me equivoqué, este día si pudo ser peor>.

     A veces quisiera que estuvieras en mis días difíciles y que me hicieras saber que todo estará bien.

---o---

—Oh por Dios te ves terrible, Tobías.— Dijo April que se encontraba con Nathan y Katherine desayunando en el comedor.

La Luz Detrás De Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora