CAPÍTULO 5: Viví Una Ilusión

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Y allí estaba Jhonny, a pocos metros de mí, con su cara que me iluminaba el alma, su sonrisa me transmitía tranquilidad y su presencia aceleraba los latidos de mi corazón <nuevamente vuelvo a pensar cosas cursis que no debería>. El ojimiel vestía una camisa blanca, un pantalón azul marino, zapatos negros y un saco vinotinto con bordes negros; se veía muy guapo <tan guapo que creo que me babié al observarlo>.

-Hola Tobías.- Me saludó esbozandome su linda sonrisa.

-H-h-hola Jhonny.- Titubeé un poco.- ¿Cómo sabías exactamente qué vivo acá?.- Le pregunté al ojimiel algo confundido pero feliz a la vez.

-Lo adiviné.- Soltó una pequeña risita. Al parecer mentir no es su gran fuerte.

-No te creo.- Le dije divertido.

-Bueno bueno, le pregunté al vigilante de planta baja y me dijo que vives aquí.- Le sonreí. <Aunque me preocupa que el vigilante dé información de los inquilinos del edificio>.

-Entiendo, pasa y toma asiento ¿Quieres algo de tomar?.

-Pues si no es mucha molestia, un vaso con agua estará bien y luego nos vamos.

-Ok ya vuelvo.- Me dirigí a mi pequeña cocina a buscarle el vital líquido al ojimiel. No tardé más de medio minuto para estar de nuevo en la sala. El pequeño Lyan no le quitaba la mirada a Jhonny.

-Aquí tienes.

-Gracias, Tobías.- Comenzó a tomarse el agua. De pronto Lyan comenzó a alternar su mirada en nosotros, haciendo el ambiente un poco tenso.

-¿Y ustedes son novios?.- Jhonny escupió un poco su agua y me salpicó un poco en mi rostro al escuchar la pregunta del pequeño rubio.

A veces la mejor ilusión es cuando llega a tu vida salpicando felicidad.

-Oh lo siento Tobías, no fue mi intención, que pena contigo, discúlpame.- Sacó un pañuelo de su bolsillo trasero del pantalón y procedió a secarme la cara con el mismo.

-No te preocupes, no pasa nada. No tienes la culpa que LYAN haga preguntas inverosímiles.- Dije lo último mirando al pequeño con el ceño fruncido.

-¿Qué dije? creí que ustedes lo eran, mi mamá sale con una chica y ya estoy acostumbrado a ver parejas así.- Dijo encogiendose de hombros el pequeño rubio.

-Oye Lyan creo que ahora sí debes irte.- Lo miré serio. El menor me hizo caso y se marchó.

-Tobías discúlpame, aún me siento culpable por escupirte la cara sin querer.- El rostro del ojimiel detonaba vergüenza.

-Ya te dije que no pasa nada Jhonny.- Coloqué mi mano derecha sobre uno de sus hombros.- Así que no te preocupes ¿sí?.

-Bueno está bien.- Me regaló una bonita sonrisa que enamoraba.- ¿Nos vamos? porque llegaremos tarde.

-Sí, vamos.

Salimos de mi departamento y bajamos por el ascensor del edificio. A continuación nos montamos en un lindo auto color gris que conducía el ojimiel, era de su padre. Este me abre la puerta del copiloto para que entre <¡Qué caballeroso!>. Una vez estando ambos dentro del carro, Jhonny arrancó y condujo rumbo a la reunión. Por un momento se formó un silencio algo incómodo entre nosotros, así que decidí romper el hielo.

-Oye Jhonny...

-¿Sí?.

-Nunca te pregunté qué carrera estudias.- Dije tratando de cortar con el silencio pesado que se había formado.

La Luz Detrás De Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora