II.1 Listen to Your Heart- Introducción

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Disclaimer:

Los personajes de CC y SS no me pertenecen, si no a sus respectivos autores y a quienes hayan pagado derechos sobre los mismos. De ser míos, bueno Terry y Candy se habrían quedado juntos y felices y en SS, otra cosa sería X-D

Míos son los demás personajes, así como la historia aquí narrada; basada en el anime de Candy Candy, y que tiene ciertas modificaciones que me eran necesarias. Obvio la canción que inspiró esta historia tampoco es mía, sólo fue, como es usual en mí, una maravillosa inspiración.

No tengo fines de lucro, es sólo para pasar un buen rato y tener otro terryfic.

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...

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Su gran sonrisa iluminaba hasta el más oscuro de los días de quien la mirase. Sus pequeños pacientes en la modesta clínica la adoraban, era como un solecito esparciendo su luz y calidez por donde caminaba.

Trabajaba duro; a veces hasta tarde; y, en sus días libres, visitaba a sus dos madres en el Hogar de Pony, ayudando a las buenas mujeres con los niños.

En esta época en la que el egoísmo y el materialismo están más presentes que nunca, era admirable como incansablemente trabajaba, ayudando a todo aquél que podía. Albert había partido nuevamente y ella ocupaba su tiempo en los demás, como siempre.

Si no la conocías, te impresionaba su ímpetu, energía y alegría; sus grandes ojos verdes que mostraban asombro por todo, irradiaban luz y amorosa compasión; pero tras esa luz eterna, tenían una perenne melancolía. Sí, solamente quienes la conocían bien, podían ver esa tristeza que estaba permanentemente instalada en su alma.

Por ello procuraba pasar su tiempo dedicándolo a los demás; solía estar ocupada y acompañada la mayor parte del día, ya que en el momento en que se quedaba sola empezaba a recordar, y ella no deseaba eso. No quería pensarlo, extrañarlo, añorarlo... Lo sabía lejos, lo creía ajeno... le dolía como el infierno, pero sentía que era lo correcto. Así, prefería terminar agotada, para de ese modo caer rendida al final del día.

Sin embargo, en sueños le era inevitable recordar...

La primera vez que lo vio, lo confundió con Anthony. Quizá fue la capa que usaba, ya que casi de inmediato y aún entre la bruma, se dio cuenta de su error, 'Es más alto, y no es rubio'. A pesar de que se burló de ella y la chiquilla que era entonces no supo verlo, ahora entendía bien que lo hizo para distraerla, ya que sí estaba llorando...

Con el paso de los días, ese "mocoso engreído" estaba en todos lados en el colegio. Siempre taciturno, melancólico y rebelde. La mayoría de las chicas le tenía miedo, y también babeaban por él pues había que ser ciega para no darse cuenta de lo increíblemente apuesto que era. Sin embargo, él intentaba alejar a todos, incluida ella de inicio; o eso creía en su momento. '¡Ya lo veo hasta en la sopa!', se dijo en una ocasión.

Entonces no supo darse cuenta de que él provocaba esos encuentros, consciente o inconscientemente.

- ¡Tonta! -Se regañó a sí misma en voz alta.

No lograba dormir entonces pues su pesadilla recurrente la volvía a despertar. Decidió ordenar un poco su pequeño y nuevo departamento; ya que estaba despierta al menos se entretendría en algo. En eso hubiera estado un buen rato, pero el corazón suele estar al acecho y al menor descuido lanza su doloroso latido, para recordarle a la rubia que no se resignaba a vivir sin su único y legítimo dueño.

La noche era avanzada y la luz de la luna se colaba por la ventana, hacia donde la delicada enfermera se dirigió descalza; quería sentir algo además de ese constante ardor en el pecho, esa eterna punzada agónica que se instalara en su alma desde aquélla terrible noche... Y así el color azul oscuro del cielo, una vez más la llevaba sin remedio a esos ojos, tan duros a veces, traviesos otros, dulces muy pocas...

'Dicen que su padre da fuertes cantidades al colegio, por eso nunca lo castigan aunque falta a clases y siempre tiene buenas notas'... cuando le contaron eso lo llegó a creer, pero en el fondo ella sentía que había mucho más tras esa aparente oscuridad en el joven y bello hijo del duque. No se había equivocado, ese chico arrogante y presumido era un caballero que no permitía abusos a los más débiles, no toleraba las injusticias y odiaba los estereotipos.

Terry Grandchester tenía muchos colores, como pudo descubrir poco a poco en esa hermosa época.

-Y pensar que yo creía que estar interna en un colegio en Londres era lo peor del mundo, terminó siendo la mejor parte de mi vida. –Sonrió la pecosa con nostalgia.– Pero como de costumbre, lo bueno dura demasiado poco.

Y con ese pensamiento finalmente se quedó dormida, pues había vuelto a su cama, a abrazar la almohada.

La mañana la alcanzó exhausta, pues poco y mal durmió; era domingo y lo había olvidado por completo. El silencio la abrumó un poco y decidió salir a despejarse; luego de un ligero desayuno y una ducha, se fue al bosque que estaba cerca de la clínica. No era la colina de Pony, pero servía en ese momento, caminó disfrutando del sonido de las hojas secas crujir bajo sus botas...

** Flashback **

Se escuchaban las notas de un vals a lo lejos, ella corría despreocupadamente y feliz de la mano de él, quien reía, tan abiertamente y alegre como nunca lo había visto. Torpes sus pasos que ambos cayeron al pasto sin parar de reír... Ese color de Terry era dorado brillante, hermoso. Era tan fácil enamorarse de él en esa tonalidad.

** Fin del flashback **

'También podías adquirir en un segundo el color del cielo en tormenta nocturna' pensó ella, nostálgica. Recordaba, ya trepada en un robusto roble que había encontrado tiempo atrás, cómo en su momento el joven actor la desconcertaba y nunca sabía cuál era el verdadero Terrence. Tan inexperta e inocente era, que tardó un tiempo en darse cuenta de que él tenía todas esas facetas; que el chico rebelde, engreído, travieso, generoso, dulce, intenso, huraño... todos ellos eran Terry Grandchester.

-¿Qué estará haciendo ahora? –Se preguntaba.

Desde aquélla vez que Annie le mostrara el periódico en el que se hablaba de la desaparición del "joven león de la actuación", ella desesperada rezaba cada día porque él estuviera bien; pero decidió, por salud mental, dejar de seguir las notas del espectáculo. Solamente le había pedido a su amiga Britter, que le informara si él volvía a actuar; para saber que estaba bien. Esto no era fácil, considerando que la información circulaba alegre y constantemente por las redes y la Internet; así que Candy decidió que únicamente usaría un celular sencillo, sólo para llamadas y mensajes de texto, y no navegaría por Internet a menos que fuese absolutamente necesario; pues no quería ni tenía tiempo de nada más. "Abuela" la llamaban Annie y Patty, pero la realidad es que sabían muy bien las razones de la rubia, así que únicamente la embromaban un poco, pero respetaban su decisión...

II. Listen To Your HeartWhere stories live. Discover now