II.9 Listen to Your Heart- Capítulo 8

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Disclaimer:

Los personajes de CC y SS no me pertenecen, si no a sus respectivos autores y a quienes hayan pagado derechos sobre los mismos. De ser míos, bueno Terry y Candy se habrían quedado juntos y felices y en SS, otra cosa sería X-D

Míos son los demás personajes, así como la historia aquí narrada; basada en el anime de Candy Candy, y que tiene ciertas modificaciones que me eran necesarias. Obvio la canción que inspiró esta historia tampoco es mía, sólo fue, como es usual en mí, una maravillosa inspiración.

No tengo fines de lucro, es sólo para pasar un buen rato y tener otro terryfic.

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Cuando Terry aterrizó otra vez en Nueva York, tenía sentimientos encontrados; por un lado esperaba que al volver ya llevaría a Candy con él; o al menos haberla recuperado y estar en proceso de llevársela definitivamente. Sin embargo, y como bien se sabe, esa pequeña pecosa podía ser terriblemente obstinada; así que su idea original no prosperó. Ahora tenía que esperar, por lo que mientras lo hacía, él fue a ver a su madre; que bien preocupada había estado por él. Sí, seguramente se llevaría una buena reprimenda por desaparecer y permanecer en silencio tanto tiempo; pero bueno, ya se había llevado una de una desconocida y la había aguantado...

A pesar de una pequeña batalla perdida con su rubio tormento, no estaba desanimado por completo; confiaba en que las cosas serían diferentes una vez que el plan que había trazado con Patty y Annie empezara a ponerse en práctica. Así que sonrió levemente y se subió al taxi, pidiéndole al conductor que lo llevara a su departamento, donde dejó sus cosas, se duchó y se relajó un rato. Después iría al elegante suburbio donde su madre vivía.

Estaba acomodando algunas de sus cosas cuando encontró las cartas que antes intercambiaba con Candy, cuando creían que todo sería sencillo y que la vida les daría la oportunidad de reunirse... Suspiró con melancolía; qué inocentes habían sido, y cuántos sueños se rompieron cuando aquéllas luces cayeron al escenario. Sí, no fueron solamente cables y reflectores rotos... rotas estuvieron muchas ilusiones, esperanzas y anhelos... No quiso pensar más en ello, si bien no debía olvidarlo para no volver a cometer los mismos errores, (confiarse en que las cosas se hacen solas, dejarse manipular y envolver por personas egoístas y caprichosas; dejarse vencer tan fácilmente...), tampoco quería oscurecer más sus días quedándose varado en ese doloroso pasado. Ahora tenía un futuro por delante, uno que alcanzaría sin prisa pero sin pausa, y una renaciente esperanza latente en su corazón. No, esta vez no se daría por vencido, no la dejaría ir otra vez.

Tomó su celular y estaba por enviar un mensaje a su madre para ver si podría recibirlo, pero al final decidió mejor hacerle una llamada; en eso se percató de un detalle.

-¿Y si ella no está en la ciudad? –Puso una cara de desconsuelo tan graciosa, que de verse en el espejo se quiso reír de sí mismo-. ¡Demonios! Debí llamarla antes de montarme en ese avión. –Suspiró–. Ni modo, veré qué se logra.

Localizó el número de Miss Baker y pulsó el marcado, mientras escuchaba que el aparato de su madre sonaba fue a la cocina y abrió el refrigerador, en donde solamente encontró un cartón de leche pasada. Estaba sacándolo para tirarlo cuando la melodiosa voz de Eleanor se dejó escuchar al otro lado de la línea, emocionadísima de por fin saber de su ingrato muchacho. Él le confirmó que estaba en NY y que deseaba ir a verla, si podía recibirlo claro está.

-¡Pero qué pregunta Terry! Claro que puedes venir cuando quieras, esta es tu casa y lo sabes. –Fue la enérgica respuesta de la actriz.

Y así, el joven hacia allá se dirigió. En taxi, pues había vendido su coche en aquél arranque de debilidad del cual apenas iba saliendo. Afortunadamente en Mississippi había trabajado en el Killyan's, por lo que no estaba realmente en quiebra. Allá además le iba bastante bien con las presentaciones del grupo; y casi todo lo que ganaba lo ahorraba, pues estaba en una época tan depresiva que prácticamente no salía ni compraba nada más que lo estrictamente necesario.

II. Listen To Your HeartWhere stories live. Discover now