Capítulo 12- encuentro amoroso.

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En ese momento mi corazón se detuvo. Pero mi mente siguió trabajando, deduje que no le harían nada malo, por lo menos por ahora. Ya sabíamos demasiada información, y si ellos le hacían algo, de lo que vivían ya no lo harían más.

—Bien! Ahora sí, no me interesa como, pero sacaremos a papá y a los chicos de ahí.— digo yo.

—P-pero Lia, pueden hacerle algo malo a cualquiera.— dice Ricky en un tono un poco bajo.

—A ver, Ricky. Ellos no son estúpidos, ¡y nosotros tampoco! Sabemos que si ellos hacen algo los delataremos.— dice Ricardo, parece que me lee el pensamiento.

—Bueno, hoy cada quién a su casa. Mañana, luego del colegio iremos a mi casa. Le darán los días libres a la mamá de Ricky así que no podemos estar aquí. Estando allí terminaremos de pensar en que carajos haremos. Una vez concluidos los días libres de la madre de Ricky, iremos detrás de ella con todo sigilo posible.— digo yo.

—Bien, estoy de acuerdo.— dice Ricardo.
Ricky solo asiente con la cabeza.

Ricardo y yo tomamos las cosas que habíamos llevado mientras estábamos en casa de Ricky.

Ricardo se quedó en su casa y yo seguí a la mía.

Mamá no estaba, así que lo primero que hice fue ir a la cocina y prepararme un sándwich, tomé un vaso de jugo de manzanas, y me senté en el sofá a ver las noticias.

No me impactaba verla, ya que ahora casi siempre hablaban el mismo tema.
Secuestrados, bla... bla. Desaparecidos, bla...bla...bla.

La policía parecía tener poca capacidad para resolver esto, quizá era por que tenían menos pistas. Pero yo, conocía dos personas con acceso directo a personas de ese lugar. Así que sería mucho más fácil. ¿Por qué no dejábamos esto en manos de la policía, y le contábamos todo?... pues por que todos teníamos razones.
Ricky... por que su madre casi siempre estaba ausente aún estando presente.
Ricardo... por que odiaba el trabajo de su padre, la mala y costosa vida.
Y yo... por que no soportaba que algo malo les pasara a personas que quiero, y más aún cuando yo me contuve todos los impulsos de hacerles algo por el cariño que les tengo.

Así que sí, preferíamos llevarnos todo el crédito. Suena egoísta, lo sé... pero así tenía que ser.

Luego que terminé de comerme el sándwich y de mi extenso pensar, fui a la cocina nuevamente y lavé los trastes que había usado.

Subí a mi habitación y me tumbé en la cama.
Ahí tomé mi celular y vi que tenía un mensaje.

"Tu y yo tenemos algo pendiente."

Era Ricardo.
Ya yo sabía cual era su "conversación" pendiente.

                            "Creo saber cuál es."

Le contesto.


"Bien, entonces podemos terminarla."

Me dice.

Yo no le contesto, sólo me quedo viendo la pantalla con cara de estúpida.

Pasados unos minutos escucho que suena el timbre.

Yo bajé, y abrí.

Era él.

—¿Qué haces aquí?— le pregunto.

No todo es color rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora