Capítulo 14- doble captura

7 0 0
                                    

No, no había muerto.
Había quedado inconsciente.
Creo que Ricky había tenido algo de piedad conmigo.

Comienzo a abrir mis ojos, veo todo borroso pero logro notar que una luz blanca muy cegadora es lo que está haciendo que se me dificulte más poder ver que es lo que realmente está sucediendo.
Un dolor punzante se hace presente en mi nuca, y esa sensación de asfixia aún la podía sentir.

Mis ojos se rinden, y los cierro. Aún un poco aturdida, logro escuchar unos murmullos.

Quién sabe, quizá era Ricky.
El gran, gran traidor, Ricky.

Mientras mis sentidos se recuperan, un dolor inunda mi cabeza, estaba mareada.

Abrí los ojos nuevamente, y esta vez pude notar con más claridad dos personas a unos escasos metros de mí.

-Vaya, ya despertó.- dice uno de ellos entre risas.

-¡SAQUENME DE AQUÍ!- Exclamo yo.

-A ver, pequeña Lia. Aunque quieras salir, no lo harás. Y si lo haces, pues viva no será.- dice Ricky.

Su voz me causaba asco.

Mi sangre comenzó a hervir y mi impulso de matarlo era anormal.

Así que me levanté de la silla, para mi suerte no estaba amarrada.
Y busqué en mis pantalones la navaja que siempre cargaba conmigo. No estaba.

-¿Qué creíste? ¿Qué íbamos a dejar que entraras aquí armada?- dice el otro chico.

Nuevamente un calor recorre mis venas.

Me lancé hacia Ricky golpeándolo lo más fuerte que podía. Logré dejarlo sin aire. Pero en ese momento, de nuevo un golpe en la cabeza me hace caer, quedando inconsciente otra vez.

Ricardo.

No sé cuántos días han pasado desde que estoy aquí. Perdí la cuenta, en esta habitación que ni ventanas tiene.

Un dolor en mi pierna izquierda me inmovilizaba. Aquél disparo que había recibido, me había dejado un poco mal. Pero esto no me iba a impedir mi venganza. Iba a salir de aquí, cueste lo que cueste, me iba a encontrar con Lia nuevamente.

Pasó aproximadamente una hora y la puerta comienza a abrirse lentamente.

Yo ni siquiera tenía ánimos, así que no me importó.

Mis ojos se abren como platos al notar quién había pasado.

-Hay alguien que quiere hablar contigo.- dice.

-¿¡Qué demonios haces tú aquí?! ¿Y LIA? ¿DÓNDE ESTÁ LIA?- pregunto sobresaltado.

-Eso no es tú problema, ahora ven.

En ese momento una sensación de ira se apoderó de mi ser. Ricky era un maldito traidor, siempre lo fue. En ese momento me hala del brazo, pero el dolor hace que se me haga difícil levantarme.

El me hala obligándome a levantarme, y me lleva a otro lugar. A diferencia de la habitación donde yo estaba, esta tenía color, unos cuadros colgados en las paredes de arte abstracta, algunas flores y plantas bien distribuidas, una biblioteca, alfombras de pieles. La verdad parecía un lugar sacado de una película.

Ahí me dejó. Yo como pude me senté en una silla que estaba cerca del escritorio que allí hacía.

Al cabo de unos 20 minutos entra alguien.

No podía creer, que esto estuviera pasando.

LIA

Me estaba sofocando, estaba ansiosa de salir, estaba intentando pensar como escaparme. Pero en esta habitación sólo había un lugar por donde salir. La puerta.
Y la puerta estaba vigilada por dos hombres armados que cambiaban de turno cada aproximadamente 3 horas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 03, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No todo es color rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora