IX. 「Una fiesta de máscaras agridulce Parte I」

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Después de aquello, habíamos regresando a su mansión pero enseguida dimos un pie, Hikaru me dejó atrás y se encerró con su gemelo en su cuarto

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Después de aquello, habíamos regresando a su mansión pero enseguida dimos un pie, Hikaru me dejó atrás y se encerró con su gemelo en su cuarto. Ni tocando su puerta se dignaron a abrirme para preguntarles "¿Qué onda con su reacción gemelos del demonio?" 

Aquello de Hikaru Hitachiin fue totalmente patético, ¿Cómo se atrevía a besarme y después alejarme? Simplemente me dijo que me vaya, como una orden. En serio, que no entendía a Hikaru. Resople indignada y me encerré en mi cuarto a escorar mis prioridades sobre ellos.

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De aquella vez entró el último mes del año: Diciembre.  Mes en las que las parejas se reunían y comían pastel. Como yo, no tenía pareja porque el descarado de Setsu me engañó, me la pasaría esta vez si es que mi mamá me aceptaba... pasármela con mi familia aunque no es normal en Japón estar en familia, lo más común es estar con tu pareja.

Las clases avanzaban lentamente, Yuri no hizo mención alguna de lo sucedido pero por si se preguntaban: Sí, si ganamos el premio del primer lugar. Tanto Yuri como yo nos dividimos el premio.

En cuestión del dinero no hubo ningún problema, con eso pagué una parte de la deuda que tenían mis padres y por supuesto, les dije lo que había hecho pero ellos ya lo sabían cuando en una columna del periódico sobresalia el evento.  Les di la explicación de lo sucedido, pero cuando Yuzuha Hitachiin, la mamá de los gemelos, se enteró los regañó como si no hubiera un mañana por hacer semejante escándalo. Enseguida ella había mandado a retirar todos los periódicos del país para que no se divulgará la noticia de sus hijos.

Yo no supe que tanto les dijo su mamá pero aquella vez Hikaru y Kaoru se veían muy deprimentes, permanecieron un tiempo alejados de mi, solo dándome ordenes ocasionales. Tengo que destacar que eso fue como una bomba de alegría para mi, sentí que podía ser más libre mientras que no me mandaban a llamar a cada rato.

Para cuando llego el correo y me di cuenta que era la tan afamada ropa de pareja, ni me dio tiempo de admirarlo porque justo en ese preciso instante, para el colmo, Hikaru se había asomado a checar el correo buscando una carta de quién sabe quién. El desgraciado entendió cuando me vio con el paquete,  sobre de qué era lo que contenía en su interior y parecía que el diablo se le metió porque me arrebató la ropa e hizo que Noah tirará el conjunto. Claro el idiota se había salido con la suya. Pero en la noche de aquel día Noah se escabullo y me devolvió la ropa. El solo había fingido tirarla. ¿Cómo no agradecer a Noah? Él único que me cuida en esta horrible mansión.

¿Pero que me ocurría? no importaba que tanto me distrajera algo en mi estaba mal y eso era que yo, no podía quitarme de la cabeza a Hikaru Hitachiin.

Durante las clases pensaba en él. Llegando a la casa lo veía animadamente jugando con su hermano, era imposible evitarlo y cuando me veía se la pasaba molestandome con sus típicas bromas. Siempre viéndolo porque no tenía otra opción. Para llegada la noche, soñaba siempre con él. ¿Qué rayos pasaba en mi mente? ¿Por qué no puedo sacármelo?

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