XIV.「¿A quién? 」

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Había una vez,
pero ya no.

—¡Evans-senpai, Souzuke volvió a romperse la nariz! —gritó Murata desde su lugar a un costado de la cancha de basquetbol.

—Voy. —dejé de hablar con Kamori para checar el estado de Miyamoto. Me acerque rápidamente con el botiquín de primeros auxilios y lo examine. —Mira hacia arriba Miyamoto.

—Si.—dijo con un poco de dolor. Saqué un poco de tela y le limpie la sangre que se asomaba de la nariz. Mire a mi alrededor. —Continúen practicando, me llevaré a Miyamoto a la enfermería.

Kamori hablo—¿Estará bien, Tia?

—Claro, pero prefiero que lo chequen ahí porque es la tercera vez que se quiebra su nariz, puede ser peligroso.

—Está bien, Tia. —checó el reloj de pared. —Ya casi llegan los de primero. —murmuró.

—¿Puedes pararte Miyamoto? —le pregunté sin prestar atención a lo que decía Kamori.

—Si.—lo ayudé a levantarse.

—Bien, vamos. —me dirigí a Kamori, quien es el capitán del equipo.—Takeshi cuida a los demás mientras no estoy, sigan practicando no tardaré. ¿entendido?

—Cuenta conmigo, Tia. —me dedico una sonrisa.

Yo solo asentí con seriedad y me marché de la cancha hacia la enfermería con Miyamoto. Al dejarlo en la enfermería y cerrar la puerta corrediza, me apoye en la pared y solté un gran suspiro. Jugué con las yemas de mis dedos pero ya no podía seguir retrasandome.

Ya había pasado una semana desde que los gemelos habían decidido mágicamente venir a mi instituto y su gran coincidencia de unirse al club en el que estoy.¡Vamos sé muy bien que lo hicieron apropósito! conociendo los retorcidos que son lo esperaba de ellos, pero de Tamaki y compañía unirse también a este instituto me sorprendía.

Pateé el suelo y por fin me digne a regresar a la cancha, cuando llegue los divisé jugando con los demás miembros del club. Los condenados sabían jugar muy bien basquetbol ¡Joder, ¿hay algo que ellos no hagan bien?! ¡Malditos gemelos millonarios! todos esos pensamientos rondaban en mi cabeza cada vez que daba un paso para acercarme al equipo. Observo que en las gradas ya hasta tienen admiradoras de diferentes años, gritando su nombre como si los conocieran de toda la vida, patéticas.

Si, estaba muy arisca y negativa.

Me quedé a un lado de la cancha para analizar los movimientos, veía como Kamori daba órdenes al equipo para hacer bien la jugada, Murata le pasaba el balón a Hikaru quien con una estúpida sonrisa de alegría agarró el balón y lo lanzó dando un tiro perfecto encestando limpio en la canasta ¡suerte de mierda de seguro! Las admiradoras chillaban de alegría, Hikaru se limpio el sudor con el dorso de su mano haciendo un gesto estúpidamente cautivador mirando a las chicas dedicándoles una pequeña sonrisa. Kaoru le pasó una toalla a su hermano para que se secará el sudor, Hikaru lo aceptó gustosamente y se lo pasó por el cuello secándose mientras avanzaba directamente...¡¿hacia mi?!

Miré a los dos lados y me tensé, busqué con la mirada a Takeshi que lo encontré tomando con fervor agua de la botella con los demás del equipo, avancé rápidamente hacia él pasando olímpicamente de Hikaru y Kaoru, quienes me veían apáticos y medio enojados al notar mi reacción.

Llegué atrás de la espalda de Takeshi y le di palmaditas en su espalda.

—No estuviste nada mal Takeshi. —murmuré jovial mente mientras sentía miradas no agradables a mi espalda.

—Tia. —dijo cuando dejó de tomar el agua. — ¿Cómo está Souzuke? ¿si está bien?

—Claro —le contesté mientras miraba a los del equipo que tenían mucha energía todavía. —bien, vine para hablar sobre la estrategia para los siguientes partidos que se vienen.— indiqué con la mirada que todos se juntaran, incluyendo a los gemelos.

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