Lauchita estaba temblando, a pesar del verano. Eran las 14.30 de un día terrible. La ropa se pegaba en la piel, los asientos quedaban mojados, el aire caliente quemaba los pulmones, los dolores de cabeza abundaban, la discordia entre la gente aumentaba, la brea del asfalto se derretía, el rezo por una lluvia aliviadora se hacía carne en todos. Pero él temblaba.
La Comisaría era un ir y venir de gente, como todos los días. Todos lo miraban y tenían un pensamiento común:
Este pendejo está pasado de droga
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Lauchita
Short StoryUn barrio carenciado. Un adolescente de 12 años sobreviviendo en la marginalidad. Un hombre mayor como su refugio. La muerte acechando.