Llegaron a la comisaría alrededor de las 14.00 hs. y el policía le dijo:
-Lauchita, Lauchita, vamos a hacer como que no pasó nada, ok? Vos no estabas ahí, ok?
-Sí, señor.Luego ingresó en otra oficina para hablar con un colega, y en el transcurrir de la charla, su cara se transformó.
-Lauchita, tengo algo que comentarte- le dijo con la voz quebrada, nada habitual en un tipo como él.
-¿Tengo problemas? ¿Adónde me mandan ahora?
-Nada de eso, vos estás limpio. El tema es otro. Es Toto...
-¿Qué le pasó a mi Toto?- dijo en un ruego desesperado.
-Hace un rato largo me llamó para que estuviera en la casilla, alrededor del mediodía, porque algo iba a suceder y no me dijo qué. Cuando llegué me encontré con lo que vos sabés y ya te vas a olvidar.
-Pero ahora un colega me informó que lo encontraron muerto, cerca del puente. Parece ser que su corazón no quiso más. Pero lo extraño es que murió hace tres días, según los forenses.
-Lo lamento, pibe. Se lo que significaba para vos.Y dicho esto, se fue a fumar a un costado, centrado en sus propios pensamientos y en la irracionalidad de todo lo que había pasado. Creer o reventar, era el dicho de un amigo.
Eran las 14.30 de un día de verano y Lauchita comenzó a temblar
FIN
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Lauchita
Short StoryUn barrio carenciado. Un adolescente de 12 años sobreviviendo en la marginalidad. Un hombre mayor como su refugio. La muerte acechando.