Prólogo

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Y aquí estoy, una calle solitaria bajo la cálida luz de la luna, por el suelo, había ligeros charcos de agua, debido a la lluvia que previamente azotaba la Ciudad de México

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Y aquí estoy, una calle solitaria bajo la cálida luz de la luna, por el suelo, había ligeros charcos de agua, debido a la lluvia que previamente azotaba la Ciudad de México.

Caminaba sin ningún rumbo en especial, sólo éramos mis pensamientos y yo, recordaba cosas del pasado, a mis padres, los cuales habían sido asesinados por aquel gran imperio español, aquel imperio que si nuestra gente no hubiera enfermado habría perdido contra nuestras tropas mexicas.

No sólo pensaba en eso, también pensaba en aquel ruso que ayude en la segunda guerra mundial, aquel país en contra del nazi que apoye en las buenas y en las malas, con el que inclusive llegue a tener más que una relación de amistad.

Ese soviético a pesar de ser homofobico, me entregó noches inolvidables, noches en el que ambos encerrados en la oficina de URSS disfrutabamos a escondidas de besos y caricias como ninguna, dándonos mimos entre las cuatro paredes de esa habitación.

Suspiré pesadamente, ¿cuándo me enamoré de él hijo del que alguna vez fue mi amante? Ni si quiera sabía porque, simplemente no era igual que URSS, ni si quiera nos conocíamos mucho.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por mi visitante chileno que se mostraba preocupado por mi actitud

Poh weon, ¿qué te pasa? Haz estado más achacao que otros días— dijo él en un tono serio y a la vez preocupado

—No chile, estoy bien— sonreí de forma amplía, es mi mejor amigo, ¿debería decirle?

—Weon, te conozco hace años, solo dime que te pasa— dijo mirandome con cierto interes

Suspiré mirando hacia el cielo y después miré a Chile, quien me miraba atento
—Me gusta alguien— dije sin rodeos, chile al escuchar esto dibujó una amplia sonrisa en su rostro y grito emocionado.

—¡¡¡Ah!!! ¡Weon re qliao! ¿Porqué no lo dijiste antes? ¿Dime, quien es tu futuro pololo?— dijo en forma de burla, alzando sus cejas arriba y abajo, reí por su acción y mire de nuevo al cielo.

—Es Rusia— dije aún con la leve sonrísa en mi rostro, al escuchar esto el chileno soltó un chillido, parecía la mejor amiga de una chica adolescente.

—¡Weon!— dijo pataleando con emoción —¡queda decidido!, te ayudaré a conquistarlo— sonrió con orgullo.

—¿Harías eso por mi?— pregunté con un brillo intenso en mis ojos

—¡Claro weon!, empezaremos desde mañana que es junta de ONU, ese ruso no se resistirá a tus encantos— Río con determinación

Chile me había alegrado el día así que se me salió mi lado mexicano y grite:

—¡¡Ese pinche tripalosky no va a saber ni que pedo!!.

Seguido de esto, fui a dejar a Chile al Hotel donde se hospedaba mientras estaba de visita en México y me fui a mi casa, me di una ducha, le di de cenar a mi cosa preciosa Paco y me dispuse a tomar una siesta hasta el día siguiente.

Mañana será un gran día

Mañana será un gran día

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