Capítulo 8: El beso

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El beso

El paisaje de La Madriguera y el clima de la mañana se presenciaban muy cálidos, era una mañana bastante agradable para un beso tan espléndido en medio del jardín. La chica correspondía gustosa sonriendo momentáneamente durante el beso, en ese momento para ella no había nada mejor que besar a su novio luego de todo el tiempo que no estuvieron juntos. Ella sintió igual o incluso mejor que las otras veces en las que besó al pelirrojo, sentía que había conseguido algo que tanto ansiaba durante mucho tiempo.

—¿Por qué no me dijiste que vendrías? —susurró Ron aún manteniendo sus labios cerca a los de Hermione, resaltando también una ligera sonrisa.

—No tuve tiempo, todo sucedió tan rápido. No sabes cuánto te he extrañado —respondió Hermione, pasando suavemente su mano para acariciar aquel cabello rojizo que tanto le gustaba.

—Perdóname por todo, fui un tonto —Ron la abrazó fuertemente. Aunque él dudaba si realmente lo diría, el regreso de Hermione era lo que más esperaba con ansias durante todos estos días.

—Siempre lo eres —Hermione dejó rodearse por los brazos de su novio mientras apoyaba el rostro en su pecho.

De pronto ahora todo parecía ser felicidad y tranquilidad en La Madriguera. El silencioso día era perfecto para que ellos quedaran juntos y abrazados en medio del patio sin querer ninguno soltarse. Solamente fueron interrumpidos cuando ambos oyeron la puerta de la casa cerrarse de golpe, indicando que alguien allí ya había despertado. Cuando voltearon los dos a mirar, vieron a George quien se detuvo en seco al ver a la pareja unida.

—¿Hermione? ¿Eres tú? —cuando alcanzó a ver la figura de la chica, una expresión de sorpresa apareció en él—. ¡Hermione regresó! —gritó George tan fuerte y con tanta alegría que Hermione no se sorprendería si toda la familia Weasley se hubiera despertado en ese instante.

Ella rió al verlo, se sorprendió al notar lo contento que este se veía con su regreso. Imaginó que tal vez la familia Weasley comenzaría a tener cierto cariño hacia ella, más aún ahora que es novia de Ron. Pero por otra parte también pensaba lo contrario... ¿y si a ella no la aceptarían como novia de Ron?

Pero ese no era un momento para pensar en esas cosas, ella solo quería estar junto a él. Regresó su mirada al chico mientras rodeaba su cuello con ambos brazos, ella sonreía y él pudo darse cuenta de la mirada bastante enamorada que tenía.

—¿Qué hacías solo tan temprano? —preguntó y Ron por un momento pensó haber escuchado aquella  voz mandona de nuevo.

—Me he despertado temprano estos últimos días y sólo venía a sentarme aquí y pensar en muchas cosas —Ron suspiró—. Hoy estuve pensando en ti y me di cuenta que me merecía todo este sufrimiento de tu ausencia por haberte hecho lo que te hice.

La chica sin pensarlo dos veces le plantó otro beso en los labios. Ahora no había ninguna duda para ella de los sentimientos de él, pues ella misma estaba presenciando las palabras que pensó nunca escucharía decir de su boca.

En ese momento, sin que ellos se hubieran dado cuenta, toda la familia Weasley ya había salido de la casa y estaban todos de pie junto a la puerta, viendo la romántica escena entre Ron y Hermione. Cuando ella se fijó de la presencia de los Weasley, sobretodo cuando vio a los padres de Ron, detuvo el beso y miró hacia ellos totalmente roja.

Ella presenciaba que se formaría un silencio incómodo y estaba avergonzada de lo que dirían los padres de Ron al verla besarlo, pero para su suerte comenzaron a oírse pasos desde adentro de la casa y vio a un chico con gafas asomarse por la puerta.

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