Capitulo Vl - Los abuelos del perro de la noche

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Un sueño destrozo mi calma mientras esperaba a Gabriel que se arreglaba para cumplir con lo que le pedí por brindarle calor aquella noche en la que Spellfire estaba débil.

Más que un sueño, creo que era un recuerdo de mi pasado; Un niño de ocho años tratando de escapar del noble que lo quería secuestrar, apretaba su mano y cerraba su boca. Ciertamente, una imagen perturbadora, le agradezco a Gabriel por llegar antes de que terminara mi sueño, ya que, cada vez que viene a mi mente, me da miedo recordar qué paso al final...

En un acto pasamos el reflejo del lago, se había convertido en algo tan normal para mí que ya no me daba miedo morir ahogado como las primeras veces ...

Al estar a su lado, pude apreciar lo elaborado de su traje azul. Las mangas del saco eran largas y con detalles color plata, y en los bordes, con hilo de araña cristal, pequeños rombos se asomaban. Siento que Gabriel es la viva imagen de la vanidad.

El tiempo paso y nos dirigimos a un pueblo de agricultores, claro está, donde estaba mi antiguo hogar. Aunque fuera a escondidas, no resistía no ver a mis abuelos y saber que estaban bien, por lo que al estar con alguien como Gabriel me brindaría cierta seguridad ya que le pedí que me tiñera de blanco por si acaso. Después de todo... Perro prevenido vale por dos.

Cuando llegamos al pueblo y profundizarnos más en el, deje a Gabriel en una afamada casa de coronas de manzana, en esos lugares las mujeres bailan a toda hora del día portando ciertas cosas que mis abuelos también venden en la tienda que las hacen ver muy bonitas, en resumen, cosas para bailarines, por lo que creo que no se aburrirá ni me perseguirá porque las lindas bailarinas me ayudaran a distraerlo.

Lo dejé en el local y me fui sin voltear atrás, porque otra cosa con la que no conté es que él resaltaba mucho entre la multitud, no me dejaba de poner nervioso por su culpa...

Tras caminar por las calles de mi pueblo natal, un extraño sentimiento de nostalgia golpeo mi pecho... ¿desde cuándo no camino por aquí?, ¿tres meses?, ¿cuatro? Sin darme cuenta ha pasado mucho tiempo...

¡No era momento de pensar en eso! Como de costumbre, para evitar las penetrantes miradas de los pueblerinos, tome ciertas callejuelas que me permitían llegar a la tienda de mis abuelos, en ellas casi no transitaba gente. Mi niñez y adolescencia están grabadas en las paredes de estas hermosas calles escondidas. Ahora a mis 18 años de vida, el haber nacido con el cabello negro como el carbón, está tan famosa maldición, me permitió ser más ágil y rápido en este tipo de cuestiones...

Ahora, mientras recuerdo cosas de mi pasado como humano, me pregunto, ¿cómo estarán mis abuelos?... los extraño mucho.

Al llegar, pude notar que mis abuelos no estaban, pero todo parecía normal, levante mi cuerpo y me coloque en dos patas para poder ver por la ventana, todo estaba ordenado y limpio, ciertamente eso no era tan normal, yo siempre era el que limpiaba porque ellos siempre estaban ocupados, pero, a excepción de eso, había un retrato mío, al parecer me estaban buscando y ofrecen una recompensa muy grande por mí, ¿de dónde piensan sacar ese dinero?, ¡ah! ¡pobre de mis abuelos!

Me siento terrible, por mi culpa hacen este tipo de cosas desde que era niño, incluso recuerdo que una vez cuando tenía 10 años, caí a un río y lo que teñía mi cabello se desvaneció entre el agua, al verme, los niños que antes jugaban conmigo, me empezaron a temer, me gritaban y aventaban rocas, mis abuelos llegaron a salvarme e hicieron lo imposible por traer un doctor que me ayudara ya que, nadie quería tocarme, nadie quería tocar a un monstruo, realmente pienso que hice sufrir mucho a mis queridos abuelos... Mmmm, tal vez está situación de la maldición que me arrojó la bruja de raíz no sea tan mala, en este estado y alejado de ellos les puedo brindar la paz que nunca tuvieron estos últimos 18 años a mi lado.

Una tierna maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora