Capítulo XVI - Muñeco de hielo

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Encarcelado en el camino de la vida, simples palabras que describen mi verdad, sencillas, fáciles de entender y crueles como el pasar del tiempo. Después de ser encerrado en la burbuja de la bruja, mi piel fue perdiendo la sensibilidad y su color, mi estomago dejo de rugir por el hambre, no sentía mi sangre fluir como de costumbre, mis pensamientos carecían de importancia para mí, y mi pulso perdía su fuerza... Se me hacía difícil y vacío entender lo que me pasaba, por lo que poco a poco... Deje de intentar sentir mi humanidad.

-Niño insolente, sólo podrás hacer lo que te diga el idiota del príncipe Ahn Ki, serás un regalo para él... No serás más que un artículo de lujo, así que, olvida tu pasado y tu futuro, no será necesario para ti nunca más pensar en esa basura.

¿Está situación podrá tener su lado positivo?

Supongo que cada acontecimiento tiene su lado bueno... Podré olvidar todos aquellos sentimientos que me hacían sentir sofocado y sin salida, podré olvidar todo lo que me dañó alguna vez...

Podre eliminar mi todo.

[Narración externa al protagonista]

Ante la mirada del primogénito del Rey Ki, el príncipe Ahn Ki, una burbuja de cristal contenía a lo que parecía ser un muñeco de porcelana...

-Lo quiero – El príncipe no se contuvo, su curiosidad podía más que su temor por la bruja de raíz.

Al escuchar la respuesta positiva del joven de cabellos blancos, la bruja saco de su abrigo color negro un pequeño cuadernillo color rojo y se lo entrego al joven.

-Honorable príncipe Ahn Ki, si desea a mi preciado muñeco de lujo, necesito que no rompa ninguna de las reglas que vienen establecidas en ese cuadernillo, ya que, como puede ver, aunque sea un simple artefacto mágico, su cabello es de color negro, del color de las maldiciones, y cualquier error puede ocasionar una desgracia. Lo bello cuesta después de todo, no puedes mirar a una belleza sin sufrir las consecuencias, por lo que le pido nuevamente que, en primer lugar, sólo ordene con las palabras exactas lo que establece mi cuaderno, el muñeco sólo puede realizar esas funciones, cantar y bailar. Después que termine, se sentará en el jardín de la burbuja en espera de una nueva orden, cabe resaltar que sólo podrá obedecerlo a usted y a sus hermanos.

El príncipe observo el cuadernillo, suspiró, y al saber lo que buscaba la bruja por fin dijo lo que ella quería desde un principio. -Las brujas de raíz son de lo peor... Tienes permiso de volver a presentarte en los bailes oficiales de las brujas y los hechiceros que organizamos cada fin de mes, pero recuerda lo que sucedió por tus juegos hace dos años, si vuelves a cometer un error de esa magnitud, no seremos tan amables contigo nuevamente.

La mujer de cabellos rojizos sonrió al instante, realizo una pequeña reverencia y antes de marcharse agradeció al príncipe y al acercarse a la burbuja susurro.

-No hagas nada estúpido o me hare cargo de esas bolas de carne vieja que tienes por abuelos y de ese estúpido hechicero, nos vemos en la próxima reunión mielecilla.

Minutos después, a la sala principal del castillo llego una pequeña niña de cabellos blancos en brazos de su hermano, de igual forma, de cabellos blancos y piel pálida.

-¡Hermano mayor! ¡¿eso es una bailarina?! ¡WAAA! – La niña pidió que la bajaran y se acercó. -Es muy bonita. -No paraba de dar brinquitos de alegría.

-¡Vaya hermano! ¿qué es esto? ¡Mira su cabello! ¿qué te pasa por aceptar eso de esa maldita mujer? Es desagradable... Aunque está muy bien hecho, la porcelana de su cuerpo parece tener pequeños detalles de flores rosadas, no tiene mal gusto esa maldita bruja - A pesar de sus palabras, el joven de 16 años no paraba de admirar la belleza de lo que estaba justo frente suyo.

Una tierna maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora