Capítulo Tres: Un día cualquiera.

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Maki notó que Umi tenia algo, le preguntó "¿Sucede algo?" A lo que Umi dijo a ver visto un animal pasar detrás de ella.
Maki agrego que debió ser un gato, había algunos cuantos por ahí, entraron a la casa de Maki, era una casa pequeña, tenia dos piso, una sala de invitados no muy grande, un baño para invitados al fondo de un pasillo, y en el mismo pasillo hacia un costado estaba la cocina y el comedor con una mesa occidental con cuatro sillas.

La casa parecía indicar que no vivía sola, pero no era hací, ya que Maki no vivía con nadie más, Umi le preguntó donde podría acomodarse, Maki no  tenia una habitación extra, y no se sentía cómoda durmiendo en el mismo cuarto, y decidieron entre las dos quien dormiría en el sillón.
Umi había dormido por muchos años en el suelo, y dormir en el sofá era más de lo que podía pedir.
Antes de dormir, Maki y Umi se sentaron en la mesa a comer, ninguna de las dos era buena cocinando, pero Maki dio la elección de pedir comida a domicilio, Umi no sabia que era eso pero aceptó, ordenaron algo de comer y esperaron, hablando para pasar el rato y conocerse más.

Se contaban anécdotas divertidas, turnándose el turno de narrar alguna, se reían amenas sin para, olvidando casi por completo que habían ordenado comida, siendo interrumpidas por lo mismo.

Maki fue por la comida, mientras Umi esperaba en el comedor, Maki regreso con la comida de un restaurante que ella conoce, donde preparaban comida Italiana, Umi y Maki comieron juntas, seria su primera cena, una que no olvidarían.
Terminando la cena, limpiaron la mesa dejando todo acomodado, para después darle Maki a Umi las cosas que conformarían su cama, también dándole una pijama para que durmiera cómoda, acomodaron juntas el sofá y se despidieron para dormir.

Umi estaba recostada en su "cama" lista para dormir, pero la presencia de Nozomi en la tierra la inquietaba, tenia que estar alerta de ella, había sido hace mucho tiempo que no sentía la presencia de otro ente divino.
Se sentía agradecida de alguna forma, por no ser la última, pero le preocupaba lo que podría hacer Nozomi con las personas de la tierra.

Abandonó esos pensamientos y se dispuso a dormir... Esperando que por la mañana todo fuera bien como el día de hoy, tomando el descanso más relajante que tendría...
Durante la noche de ese día, Umi se levantó de un salto, saliendo de su cama con la piel de gallina, la respiración agitada, Nozomi había usado sus poderes, se había exaltado tanto, a pesar de haber sentido una pequeña señal de energía, se sintió amenazada.

Volvió a recostarse sin tratar de dormir, solo se mantuvo al tanto de que hacia Hades, y ella estuvo toda la noche usando sus poderes sin descanso, Umi estaba muy preocupada, aunque estaba lejos... Su fuerza se sentía claramente... No sabia para que, en que o ,en quien los uso...
Permaneciendo toda la noche despierta, esperando que no se acercara.

Cerca del amanecer, paró, dejó de usar sus poderes, Umi se sintió más tranquila por eso, pero tenia la cuestión de que había estado haciendo, decidió dejar el sofá para comenzar el día, dormir era una práctica innecesaria para los dioses que reciben tributo, pues reciben la energía de los rezos y ofrendas, pero al no tener a nadie que le venerará, tenía que dormir y comer para no desfallecer.
Pero aun hací mantenía parte de su fuerza como diosa de la guerra, no sabia que hacer en esos momentos, tenía que aprender la rutina de Maki y hacerla igual.

Maki se despertó y fue a su sala a saludar a Umi, para su sorpresa no estaba en donde creía, fue a buscarla a la cocina, donde está estaba interactuando con el microondas, tocándolo con cuidado esperando que la reacción de aquel artefacto no fuera agresiva, Maki le pregunto que hacia, y Umi se exalto al escuchar a Maki, y le explicó que nunca había visto algo hací.

Durante el resto de la mañana se prepararon para ir al café, Umi no sabia arreglarse, y le pidió ayuda varias veces a Maki para ir presentable ,terminando de arreglarse salieron de casa de Maki, donde ella se topó con su vecina que le pregunto quien era su amiga, le platico todo lo que le sucedió el día de ayer acerca de ellas, cuando terminaron se despidieron de ella siguiendo su camino, yendo al café a pie sin interrupción alguna.

En el café Umi cambio su ropa por el uniforme de trabajo, donde una de las doncellas se le acerco a hablarle, llevaba el uniforme igual que Umi, pero era más baja de estatura que ella solo por unos pocos centímetros, llevando además una cola de caballo en su pelo oscuro.

—¿Tú eres la chica a la que ayudó Maki Chan? —Le cuestiono con un tono arrogante.

Eh... Sí... —Expreso Umi llevando una mano cerrada a su pecho.

—¿Mm?, ¿Te sucede algo? —Le dijo viendo a Umi de pies a cabeza.

No... —Dijo Umi fingiendo sumisión.

Esa chica tenia la misma desconfianza que el hombre del otro día, o, eso pensaba Umi, pero la joven veía en los ojos de Umi su verdadera forma de ser.

—Acaso... ¿Estas fungiendo...? ¿Que es lo que tramas? —Preguntó molesta, viendo enojada a Umi.

Maki vio a su compañera enojada, y fue al rescate de Umi, dejando un espacio entre la enojada chica y la peliazúl.

—¿Que pasa, Nico chan? —Le preguntó a la joven con la coleta, ella se cruzó de brazo y vio a Maki.

—Ella no es de fiar. —Dijo señalando a la peliazúl. —Se le ve en los ojos, ¡mira la! Dijo viendo a Umi.

Maki vio a Umi a los ojos, y esta copio sus actos, viéndose mutuamente por unos momentos... Maki se ruborizó con la acción de Umi, y volteo la vista hacia otro punto.

—¿Ma-maki chan...? —Dijo al ver la respuesta que tuvo Maki ante la acción de Umi...

Dejándole una idea no muy grata a Nico, que se dio la vuelta y se fue de donde se encontraba Maki y Umi.
Maki le dijo a Umi que tenia que prepararse para cuando abriera la cafetería, entrando al cuarto donde Umi se había cambiado anteriormente.
Los demás empleados hicieron caso omiso el encuentro de Umi y Nico, no estaban interesado en ser parte de un problema que no les correspondía.

Umi dejo pasar eso como si nada, pues tampoco quería problemas, menos con una aparente amiga cercana de Maki...
Y el día siguió su curso... Avía veces en las que cruzaban miradas, pero Umi desviaba la vista sin ningún problema.
Umi estaba haciendo un buen trabajo, siendo amable y atenta con los clientes que atendía.
Su hora de descanso estaba a la misma hora que la de Maki, pero era porque hací Maki lo quiso.

Durante algunos momentos sentía la presencia de Nozomi, usaba sus poderes de vez en cuando... Lo que la inquietaba mucho era que aun no sabia nada acerca de ella.
El tiempo pasó, y la hora de salida para Umi llego, pero no se iría hasta que Maki terminara sus horas de trabajo.
Y la espero viendo su función, donde cuando Maki volteaba a verla, Umi le sonreía, sonrojando la y provocando que bajara su mirada hacia el piano.

Cuando Maki termino su trabajo se cambio y preparó para irse junto a Umi, al irse a casa no tuvieron distracciones, Umi hablaba con ella como el día anterior, pero Maki actuaba diferente, se comportaba más "cerrada"... Más tímida...

En el momento que llegaron a casa, Maki estaba muy roja, a Umi le preocupaba que estuviera tan roja por nada, la vio por un rato esperando que dejara de estar tan roja.
Cenaron, se cambiaron, ya estaban por dormirse y cada que la veía seguía estando ruborizada.

Maki, ¿te sientes bien? —Le preguntó entrando al cuarto de Maki.

Ella dijo sentirse bien, que debía dormir, dejando a Umi preocupada... Ella se fue a dormir, esperando que a la mañana siguiente se viera mejor...

Ya estaba recostada en el sofá, y escuchó algo.

—Discualpa... Umi, quiero decirte algo... —

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Soledad Divina: Burlas Entre Guerras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora