Capítulo 9.

237K 14.3K 2.2K
                                    

Mientras llegaba al departamento a darme una rápida ducha, seguía pensando en el momento inapropiado en el que me había encontrado a Megan. De todos los lugares, jamás se me pasó por la cabeza ver ahí. Era evidente que ambos perdimos a alguien importante para nosotros, pero dudaba que en su hubiera sido por circunstancias desagradables.

De cualquier forma, me encontró verla de nuevo, fue la mejor manera de iniciar el día.

Ahora estaba en el gimnasio y una vez que llegué a uno de los almacenes de entrenamiento, vi a Derek mostrándole a un novato las técnicas básicas de defensa. Dejé caer la mochila en la banca, me quité la camiseta y me acerqué. Derek me miró, asintiendo en modo de saludo y fruncí el ceño al recordar que no estaba en condiciones para estar aquí.

—¿No se supone que debes permanecer en reposo?

—Lo intenté, pero me desesperé estando en cama. Los medicamentos me están ayudando de mucho.

—Me alegra que no te haya roto ninguna costilla —dije con honestidad mientras tomaba mi lugar frente al saco de boxeo y empezar a golpearlo.

―¡Así no, idiota! ¡Mantén los puños firmes! ―Derek le gritaba al chico que parecía tener brazos de espaguetti. El chico haciendo un intento de defenderse, terminó en el suelo cuando Derek le dio un ligero golpe en las costillas―. Tienes que estar atento a cada momento, hombre. El tiempo terminó, fuera de aquí.

—Lo harás mejor con la práctica —le dije al chico, lucía cabizbajo.

Asintió y con desgane se dirigió hacia la puerta, donde Jay apareció bastante impaciente. Se sentó en la banca mientras le lanzaba una botella de agua a Derek.

―Necesito saber dos cosas: ¿Dominic, por qué diablos no me dijiste que compraste un auto? ¿Y Derek, se puede saber que pretendes con esa tal Cecy? ―dijo, alternando la mirada de forma acusadora.

―Necesitaba uno, amigo —respondí, encogiéndome de hombros.

―Yo no necesito darte explicaciones —comentó Derek. Nuestra reacción fue mirarlo con las cejas alzadas―. ¿Por qué ponen esas caras?

―¿Cómo que por qué? Esperábamos que respondieras "Sólo me la estoy follando", pero ni siquiera te molestaste a decir algo parecido ―explicó Jay.

Asentí, dándole la razón y me crucé de brazos.

Era un tema que teníamos qué resolver. No íbamos a permitir que Derek se convirtiera en un tipo cursi, que perdía el tiempo regalando flores. No soportaríamos tener que lidiar con él si su mente llegara a contaminarse de romanticismo.

Derek rió brevemente y sacudió la cabeza.

―Voy a dejarles algo claro, par de idiotas. Me gusta la chica, ¿de acuerdo? No hay necesidad de dramatizar.

Jay resopló y rodó los ojos.

―¿Qué hay con Marissa? Cuando regrese de viaje y se dé cuenta que estás con otra te pateará las bolas ―me atreví a decir.

―Ella sabe perfectamente que lo nuestro es sólo físico.

―¿Y con Cecy? ―insistió Jay.

―¿Qué diablos te importa? Apenas la estoy conociendo.

―¿No la conociste suficiente cuando la llevaste a tu departamento? ―me burlé.

―Dominic, no digas nada porque también estás actuando raro —acusó Derek.

Dejé de golpear el saco de boxeo para mirarlo.

―¿De qué hablas? ―pregunté a la defensiva.

Heridas Ocultas ✅ | editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora