Heridas Ocultas ✅ | editando |

Capítulo 8.

NARRA MEGAN

Intenté detener a Dominic, pero fue demasiado tarde. Jay también trató de alcanzarlo, lo que fue imposible dado que ya se había alejado lo suficiente de la mesa. Estaba nerviosa y sentía que me latía el corazón a mil por hora.

Cuando Dominic subió al ring y quedó frente a Josh, empezaron los gritos de los demás, disfrutando del espectáculo. Me estremecí y traté de cubrirme del ruido.

Josh le decía algo mientras sonreía egocéntrico. Siempre actuaba de esa manera, como si nadie a su alrededor era lo suficiente bueno para estar a su altura. Por desgracia, la mayoría que lo conocía lo idolatraba con el propósito de quedar bien con él debido a su reputación y la de su padre.

Sabía que esto no acabaría nada bien. Tenía que tratar de hacer algo.

―¡Dominic! ―grité con fuerza, pero mi voz se perdió entre los chiflidos y reclamos de los que me rodeaban.

Cuando pensé que no se pondría peor, Dominic golpeó a Josh en el rostro y el desorden se desató aún más. El presentador intentó apartar a Josh, pero éste lo empujó. Sangre comenzaba a salir de su nariz. Se quitó los guantes, arrojándolos fuera del ring y le hizo una seña para que se acercara.

La respiración agitada de Dominic era notoria, sus hombros bajaban y subían con pesadez. Se veía absorto de ira, con la mirada llena de odio hacia Josh.

Las manos me temblaban, el miedo y la preocupación era palpable por todos lados. Cuando vimos que Derek trataba de incorporarse, Jay salió corriendo por él y bajarlo del cuadrilátero. Lo ayudamos a levantarse y Derek se quejó cuando Jay le rodeo la espalda con el brazo.

—¡Mierda!

Cecy no dejaba de llorar, la tranquilicé diciéndole que estaría bien. Ignoró mis palabras y siguió a Jay hacia los vestidores. Me topé con Sophie y me tiró del brazo cuando vio que me dirigía a la dirección contraria.

—¿Qué haces? —me miró confundida—. Tenemos que ir por Cecy y salir de aquí.

—Yo...

No sabía qué responder. Miré hacia el ring por un momento, solo para encontrarme con Josh golpeando a Dominic. No podía dejarlo solo. No podía permitir que lo dejara peor que Derek. Sabía que no tenía qué importarme, pero algo dentro de mí me decía que fuera con él.

―Las alcanzaré después.

Me di la vuelta sin esperar su respuesta y esquivé a varios hombres que me impedían el paso al ring. Cuando estuve cerca, vi que el rostro de Dominic estaba herido.

―¡Dominic! ―grité una vez más, esperanza en llamar su atención.

Se me tensó el cuerpo cuando Josh tiró a Dominic al suelo de un solo golpe en la mandíbula. La mueca de dolor que se le plasmó en el rostro me destrozó por dentro. Volteé alrededor, preguntándome por qué de tantas personas ninguna hacía nada para separarlos.

De repente me sentí indignada porque les parecía de lo más entretenido. Subí al ring como pude y cuando estuve por llegar a Dominic, un hombre ya grande de edad me detuvo.

—Es la peor decisión, señorita —me dijo mientras esbozaba una cansada sonrisa. Parecía ser el dueño y debía estar acostumbrado a esto.

Temí por él cuando se interpuso entre los dos sin miedo alguno. Lo veía hablar y hacer ademanes. Al poco tiempo, llegaron dos hombres de seguridad y, sin ningún esfuerzo, los separaron y los bajaron del ring.

Dejé salir un suspiro de alivio y me apresuré hacia Dominic, quien intentaba zafarse del hombre que lo sujetaba del brazo.

―¡Ya entendí, suéltame!