🦔🦔
Mientras que estudiaba para uno de sus exámenes, Yerim escuchó el timbre sonar.
"Yerim-ah, ¿podrías ver quién es, por favor?" Le pidió su madre. "Estoy un poco ocupada aquí."
"Claro."
Yerim apartó la laptop de sus piernas y la hizo a un lado, para luego levantarse del sofá y dirigirse hacia la puerta. Al mirar por el pequeño orificio que permitía ver al exterior, no vio a nadie. Un poco confundida, abrió la puerta, para después encontrarse con una pequeña caja de cartón en el piso.
Cuidadosamente la levantó y pensó en sacudirla, pero existía la posibilidad de que tal vez era algo delicado, así que no lo hizo.
Después de cerrar la puerta, se dirigió hacia la sala de nuevo y trató de abrir la caja, pero estaba sellada firmemente con cinta. Así que fue a la cocina, donde su mamá se encontraba.
"¿Quién era?" Preguntó su madre.
"Era una caja." Respondió Yerim. "¿Papá pidió algo?"
"No lo sé... Ve a preguntarle."
Yerim se dirigió hacia la habitación de su padre. Se encontraba ocupado en una llamada, así que Yerim esperó unos minutos.
Esperando a que su padre terminara la llamada, fue nuevamente hacia la caja, dándose cuenta de que ésta emitía unos pequeños ruidos, haciendo que creara todo tipo de teorías en su cabeza. Rápidamente fue a su habitación y tomó el cúter que se encontraba en su escritorio. La curiosidad le había ganado, tenía que abrir la caja.
Tal vez la regañarían por hacerlo, pero no había forma de que un objeto sin vida hiciera cualquier tipo de ruido, a menos de que estuviera encantado o algo así.
Al cortar la cinta, comenzó a darse cuenta de que la caja estaba casi vacía. Después de cortar la cinta y abrir la caja por completo, fue sorprendida por lo que se haya a dentro de ésta.
Era un pequeño erizo.
Con un sentimiento de ternura y confusión al mismo tiempo, tomó el pequeño animal entre sus manos mientras que pensaba qué hacer con él.
De verdad quería quedárselo, pero sabía que sus padres no la iban dejar tenerlo ni por nada del mundo. Se veía incapaz de dejar ir a un animalito tan tierno.
Un intenso sentimiento de tristeza la inundó al pensar que, muy probablemente, tendría que darlo en adopción. Pero después de un par de segundos, una gran idea pasó por su mente.
«Yeojin...»
Recordó que Yeojin siempre le había dicho cuánta ternura le causaban los animales pequeños, y que algún día quisiera tener uno si se le diera la oportunidad.
Así que sin pensarlo más, cuidando que no fuera descubierta, se dirigió hacia su habitación y buscó algún abrigo lo suficientemente grande como para esconder al erizo. Dejó al pequeño animal en su cama por unos segundos para ponerse el abrigo. Volvió a tomarlo entre sus brazos y lo escondió adentro de su abrigo. Gracias a que era tan pequeño, no se notaba tanto.
Tratando de ser lo menos sospechosa posible, Yerim le hizo saber a su madre que saldría a la tienda a comprar algo, a lo que ella accedió, sin hacer pregunta alguna.
Pensó en tomar su bici para llegar más rápido, pero jamás había intentado conducir con una sola mano y, la verdad, le asustaba un poco. Además, caminar de vez en cuando no estaría tan mal.
Después de unos ocho minutos, finalmente llegó a su destino. Con el pequeño animalito mordiendo sus dedos, Yerim tocó la puerta. Casi que inmediatamente la puerta se abrió, dejando ver a Yeojin, quien sonrió al ver a la mayor.
"¡Unnie!"
Yeojin se lanzó a abrazar a Yerim, sorprendiéndose al darse cuenta de que la mayor no había correspondido su abrazo.
Al ver la expresión en el rostro de la menor, Yerim pensó en jugarle una pequeña broma, así que trató de actuar de la manera más fría posible, y con el tono más monótono en su voz, dijo las mejores palabras que se le habían podido ocurrir en aquel momento.
"Necesito hablar contigo."
"E-Eh... Sí, pasa."
Yerim se adentró en la casa, riendo maliciosamente, sin que Yeojin se diera cuenta.
"¿Te parece si subimos a mi habitación?" Preguntó Yeojin, con notable nerviosismo en su voz.
"Claro."
Al estar en la habitación de la menor, Yerim se sentó en el suelo, cosa que dejó un poco confundida a la menor. Y al parecer, se dio cuenta de que algo raro pasaba, ya que Yerim no había movido su mano del mismo lugar en ningún momento.
Sin saber qué hacer, Yeojin simplemente se sentó al frente de la mayor, esperando a que ésta hablara.
Pero en vez de hablar sacó su mano, revelando el pequeño erizo que había estado escondiendo por un tiempo.
"Sorpresa~" exclamó suavemente, sonriendo.
"Unnie..."
Sorprendida, Yeojin tomó al pequeño animalito entre sus manos, observándolo detalladamente.
"¿Te gusta?" Preguntó Yerim. "Espero que sí, porque sino..."
"¡Claro que sí!"
Yeojin dejó al erizo a un lado por un momento, para atrapar a la mayor en un cariñoso abrazo —que esta vez sí fue correspondido—.
"Pensé que te había hecho enojar o algo así..."
"Lo siento."
Yerim rió suavemente al ver a Yeojin jugar con su nueva mascota. Era realmente inexplicable la felicidad y ternura que le causaba el ver el brillo en los ojos de Yeojin al jugar con una adorable criatura.
Pero era aún más inexplicable cómo es que Yeojin aún le parecía la criatura más tierna de todo el universo, sin importar con cuántos animales increíblemente tiernos se encontrara.
———
Yo antes creía que los erizos tenían espinas 🤡
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My favourite pianist. [HyeWon]
FanfictionChaewon vio por primera vez a Hyejoo tocar el piano en la sala de música, despertando cierto interés por ella. Hasta que un día, Hyejoo dejó de aparecer.