My favourite pianist. [HyeWon]

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[[3:13 a. m.]]

Después de haber tratado de conciliar el sueño sin tener éxito, Hyejoo decidió salir de su habitación y tratar de enfocar su mente en algo, para combatir el insomnio.

Sin hacer mucho ruido y con cuidado de no despertar a Chaewon, quien dormía plácidamente, se levantó de su cama y caminó hacia la puerta, logrando así dirigirse hacia la sala, donde solía jugar videojuegos todos los días. Al estar mayoritariamente oscuro, Hyejoo no pudo evitar tropezarse con el sofá, causando que casi cayera al piso.

Gracias a la leve luz que proporcionaba la luna, Hyejoo logró ver uno de sus controles. Lo tomó entre sus manos y presionó el botón en el centro, logrando encender su consola. Después de aquello, procedió a dejarse caer en aquel grande y cómodo sofá que perfectamente podría usarse como una cama.

La tv se encendió, mostrando en pantalla el logo de PlayStation, para luego, mostrar todos los perfiles que habían sido creados en la consola. Como de costumbre, por su puesto, Hyejoo entró en su perfil.

Había pensado en jugar algún videojuego, pero eran las tres de la mañana y además de eso, de verdad no tenía ganas de usar mucho su cerebro a altas horas de la madrugada. Así que decidió entrar a Crunchyroll y continuar viendo la cuarta temporada de uno de sus animes favoritos, My Hero Academia. Antes de comenzar con su pequeño maratón, se aseguró de que el volumen estuviera a un nivel prudente; ya que no quería despertar a su novia que se encontraba durmiendo tan pacíficamente en su habitación.

Habrían pasado unos treinta minutos cuando Hyejoo escuchó la puerta de su habitación abriéndose. Al voltearse para verificar que no haya sido algún fantasma o algo por el estilo, sonrió al ver a Chaewon caminando hacia ella, mientras que frotaba sus ojos adorablemente.

"Pensé que estabas dormida."

"Lo estaba hace... diez segundos." Dijo Chaewon, con notable somnolencia en su voz.

"¿Te desperté?"

"No, no te preocupes."

Después de lanzarse al lado de Hyejoo, Chaewon dejó caer su cabeza en el hombro de la menor, para luego dejar que un bostezo escapara de su boca.