—¡Salta! ¡Vamos, salta! —
Se le quemaba la garganta mientras jadeaba, le ardían los pulmones y el oxígeno entraba en su cuerpo de forma tortuosa. Cuando comenzó a ver de forma borrosa cómo el resto de personas saltaban al agua congelada en busca de libertad, de una vida mejor, o de quizás una vía de escape se instó a saltar sin preocuparse por las consecuencias que pudieran haber.
Pero ninguna piscina, ninguna playa y ningún hammam la prepararon para el abismo en el que se encontró sumergida. ¿Cómo podía sentirse sola en un lugar infestado de personas? Tenía frío, mucho frío. Debía mover los brazos, alcanzar la superficie y avanzar, pero sus extremidades no se movían.
¿Por qué? Por favor. Por favor. Quiero salir. Mamá.
Cuando comenzó a hundirse en aquel abismo, recordó.
—Mira, Nadia, tenemos que casarla. Está en la edad perfecta y si crece más quizás ya no la quiera nadie. El chico de la familia Shanah es perfecto para ella y ya ha pedido su mano—argumentó el padre de Aliyah en voz baja. Lo que no sabía era que ella estaba escuchando la conversación a escondidas mientras contenía los sollozos con ambas manos.
—Pero, escucha querido, ella aún debe terminar sus estudios. Ella quiere ser una importante periodista...no podemos quitarle eso—replicó la madre de Aliyah.
—No estoy pidiendo tu opinión, Nadia. Cuando se case no tendrá que preocuparse por trabajar y su marido la cuidará muy bien—dijo el hombre—. Además, ya le he dicho al señor Shanah que viniera el jueves.
* * *
Aquella noche Aliyah no durmió. Reunió todo el dinero que había estado ahorrando, hizo algunas llamadas y preparó algunos víveres para el viaje. No cogió nada más. Al día siguiente Aliyah se iba a quemar y de sus cenizas resurgiría una nueva chica.
Se pasó por la habitación de sus padres y agradeció que su padre no estuviera. Se acercó a su madre y las lágrimas amenazaron con volver a salir. Acarició su rostro y le dió un suave beso en la frente.
—Te quiero —susurró con la voz rota—. Nunca te voy a olvidar.
* * *
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La caja de los relatos
RandomEste libro es como una caja de bombones, hay relatos variados tal y como hay bombones variados. Los hay que son dulces, otros que son amargos, unos crujientes, otros más blanditos... Necesitaba un lugar en el que guardar todo lo que escribo...¿Y q...