AMELIA
No sé cuanto pasa, si horas, minutos o segundos solo sé que mientras dormía nada paraba. Todo parecía un carrusel giraba y giraba en mi cabeza, momentos tan inolvidables, momentos en los que mis lágrimas de felicidad no paraban de caer pero todos y cada uno de ellos se paraban, se pausan.
Siento algo moverme con fuerza asustandome por lo que lo empujo escuchando el horrible golpe, me despierto rápido, asustada, mirando a todos lados notando que Adison no está, miro para todos lados cuando una mano aparece del otro lado de la cama en el piso.
- ¿Por qué no en vez de arquitecta eres luchadora?- Abro los ojos por la sorpresa mientras corro a ayudarla.
-Lo siento, me asustaste.- La ayudo a levantarse mientras se ríe, ella me vuelve loca.
-Te llamaba porque tu celular estaba sonan...- se calla cuando escuchamos un auto estacionarse- ¿Quién es?
-Vera- Ambas nos miramos y salimos disparadas hasta la puerta principal.
Al abrir la puerta veo a la niña que jugaba con mi ropa en mi habitación, pensando en ser modelo, totalmente distinta. Cuando nos ve suelta su maleta para correr hacia mi y abrazarme risueña, como siempre ha hecho.
-¡Amelia, como te extrañe!- Cuando nos separamos y ve mi rostro se sorprende. Debo lucir fatal.
Voltea para saludar a Adison con su característica sonrisa, un abrazo y un beso en cada una de sus mejillas.
-Un gusto, Vera Filipens-
- Un gusto Adison Braam-
-Braam la dueña de la casa de deporte- Pregunta Vera muy entusiasmada. Asiente, ambas nos tapamos los oídos cuando grita- Amo toda tu ropa, tengo todas tus colecciones-
Niego sonriendo mientras la observo, esta muy bonita. Esta chica para haber sufrido mucho de niña es la persona más alegre, positiva y dulce que conozco. Siempre está para todos dando de su apoyo y alegría, principalmente con su hermano mellizo quien porta un carácter muy diferente al de ella.
-Pasemos- Interrumpo su conversación y entramos en la casa.
-¿Cómo llegaste tan rápido?- Pregunto a Vera mientras ella se sienta en el sillón y Adison se pone sus zapatos.
-¿De qué hablas? El viaje duraba tres horas- Dice confundida
Confundida miro la hora y me sorprendo al ver que son las 5:45 a.m ¿Tanto dormimos? No me di cuenta.
-Yo ya debo irme, en unas horas tengo que hablar con el juez- Se acerca para tomarme de las manos- Cualquier cosa que necesites me llamas ¿si?-
-Ok. Tu igual, lo que sea, a pesar de todo esto estaré para ti las veces que necesites-
Asiente volteando para saludar a Vera, ella la saluda con dos besos y un abrazo. La acompaño hasta la puerta agradeciendole por quedarse conmigo en todo momento a pesar de lo que ella está pasando. Sube a su auto y mientras se marcha yo suelto un suspiro y entro en casa.
-Ella es la mamá del chico que Astrid defiende ¿No?- Es lo primero que pregunta cuando ya estamos solas.
-Si, es ella- asiente- Ven vamos a la cocina.
Cuando llegamos le sirvo un juego mientras yo me hago una café, a pesar de esa pastilla la cabeza me esta doliendo un poquito. Ambas guardamos silencio, ella seguro esperando a que yo hable y yo preparandome.
Aunque es ella quien finalmente habla.
-Llamé a Teo anoche, deberia estar llegando, su vuelo duraba 6 horas-
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Legalmente rota
Teen FictionAstrid. Una mujer linda, capaz, con una vida totalmente organizada. Cumpliendo su sueño por el que tanto a luchado. Pero una verdad, una que muy pocas personas sabían, se revela destruyendo todo su mundo. Temerosa y vulnerable seguirá adelante, porq...