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Una tarde decidieron llevar a Donghyuck al acuario, había hecho un berrinche cuando se enteró de la existencia de un nuevo acuario en la ciudad, por lo que Johnny y Taeyong, al tener el fin de semana libre, decidieron llevarlo.

El niño parecía de lo más feliz corriendo de un lado a otro viendo por los grandes ventanales a todo tipo de criaturas. Johnny sentía una calidez enorme en su pecho cada vez que veía al niño de esa manera, no podía resistir a sentir cariño por él pero sobre todo amaba ver como los ojos de Taeyong se iluminaban al ver a su hijo disfrutando de ese momento. Agradeció llevar su cámara con él, así capturaría estos momentos tan preciados.

Después de un largo recorrido, se encontraban sentados en una de las mesas mientras obtenían algo de comida, habían pasado horas y sus estómagos habían estado rogando por algo de comer

-Eshta hamburgesha eshta delichiosha- comentó el pequeño con la boca llena provocando risas en Johnny

-¡Lee Donghyuck! ¿Qué te he dicho de hablar con la boca llena?- Taeyong le regañó mientras le limpiaba la comisura de los labios que se habían manchado de ketchup

-Perdón papá pero es que si estaba muy rica- sobo su estómago -Estoy llenito

-¡Pues como no! te has comido dos hamburguesas- Johnny comentó mientras recogía los platos donde habían comido para depositarlos en el cesto de basura reciclable -Increíble, comió más que nosotros

Taeyong miró a su bebé, juzgándolo, pero su expresión se suavizó en cuanto Donghyuck le sonrío enseñando todos sus dientitos. Lo tomó en sus brazos mientras le daba besos en sus cachetitos. Johnny veía de lejos la escena, tomó su cámara y capturó aquel momento tan cálido y solo pudo rogar ver ese tipo de escenarios por toda su vida.

🐟🐟🐟🐟

Pasearon un rato más en el acuario hasta que decidieron ir a un centro comercial para comprar algunas cosas que Taeyong necesitaba. Durante su estadía en aquel lugar, Donghyuck se la pasaba echando cosas al carrito, con la ayuda de Johnny, sin que su papá se diera cuenta.

Se había convertido en una tarde llena risas, bromas y anécdotas que le habían pasado al pequeño durante la semana en el jardín de niños. Johnny estaba encantado, se estaba acostumbrando a este tipo de vida, y le asustaba encariñarse tanto a tal grado de no querer separarse de ellos.

Por su lado Taeyong tenía miedo, estaba tan feliz en este momento, y había estado disfrutando de sus días junto a Johnny, sobre todo el hecho de que su bebé se estuviera adaptando a su presencia. Tenía miedo de que Donghyuck se apegara tanto a Johnny ¿Qué pasaría cuando él se fuera? ¿Qué haría él cuando Johnny vuelva a irse de su lado? No quería hacerse ilusiones pero justo ahora parecían una familia y eso le encantaba pero sabía que no estaba bien.

Pensaba que su día no podría echarse a perder, pero las cosas cambiaron en cuestión de instantes cuando a Donghyuck se le había antojado sus galletas favoritas, muy bien pudo haberlas pedido cuando estuvieron en el centro comercial, pero aun así, a petición de Johnny, hizo que fuera a comprar las galletas y cumplir el pequeño berrinche de Hyuckie.

Johnny y Donghyuck esperaban del otro lado de la cera, justo en frente de la tienda de conveniencia. Después de tomar las galletas favoritas, pagó y salió de la tienda

Al dar unos cuantos pasos, cerca del callejón para cruzar al otro lado de la calle, sintió como lo sujetaban de manera brusca del brazo, haciendo que la compra que recién había hecho cayera al suelo, inmediatamente se giró para encontrarse a aquella persona que tenía meses sin saber de él

-¿Jaehyun? ¿Qué haces aquí?- trató de zafarse pero lo estaba sosteniendo muy fuerte

-¿Qué hago aquí?- preguntó con el ceño fruncido -Obviamente vengo por mi hijo

right here is where we belong | JohnYong |Where stories live. Discover now