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Narrador omnisciente
Escuela secundaria Kunugigaoka, Clase E
Jueves, 8:05 a.m.
—Buen día clase, si no les importa, tomaré lista mientras ustedes disparan...—Dijo el ente amarillo apenas cruzó la puerta— esto... ¿Akabane Karma-Kun?
[...]
—Bueno, nuevamente solo faltó Hikari-Chan pero que podemos hacer...
—Koro-Sensei, usted dijo que iba a hablar con ella.
—Y eso hice Nakamura-San, pero creo que ya te habrás dado cuenta que tu compañera es una persona demasiado terca por lo que convencerla de regresar a la escuela está siendo una tarea un poco difícil, incluso para mí.
Mientras los alumnos escuchaban atentamente al individuo frente a ellos, ninguno se percató cuando la ventana más alejada de las mesas estaba siendo corrida por la persona que era la fuente de esa conversación; mientras el profesor contaba como había sido su visita a la pequeña Tsukino, la misma estaba entrando por la ventana con el mayor sigilo posible, y un pan tostado en su boca.
Cuando logró entrar completamente al aula cerró la ventana tras ella y se agachó para poder caminar de cuclillas hasta el único lugar vacío del aula, sin embargo, se detuvo al tener una idea.
—Pero bueno, le advertí a Hikari-Chan que si no venía yo mismo iría por ella y haría que regresara en ese mismo instan--¡NUYA!
Todos voltearon rápidamente hacia atrás, de donde segundos antes había provenido un disparo que le dio de lleno en el "hombro" al ser amarillo, encontrándose a una albina con una pistola anti-sensei apuntando al frente.
En un movimiento lento bajó el arma y terminó rápidamente con el pan tostado que hace unos momentos estaba comiendo— Hola de nuevo ¿Me extrañaron~?
—¡¿Cómo y cuándo entraste?!
—Por la ventana—Dijo señalando la misma— Y acabo de entrar, para ser quien va a destruir el planeta es alguien bastante despistado, Sensei~
—Bueno... eso no te lo discuto—Mencionó con un tono algo decaído— Pero siendo o no verdad, la clase empezó ya, así que ve a tu lugar.
—Hai~
[...]
La hora del almuerzo llegó y tan rápido como sonó la campana nuestra pequeña protagonista salió corriendo hacia el bosque, y, como ya era habitual, un pelirrojo fue el único que la siguió.
El mayor solo logró ver como la albina se dirigía hasta el risco, por lo que relajó su andar y, con las manos dentro de sus bolsillos, prosiguió tranquilamente con su caminata.
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𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | Akabane Karma
Fanfiction| PRÓXIMA A EDICIÓN | 𝑉𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑒𝑥𝑝𝑒𝑐𝑡𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎𝑠, 𝑙𝑜𝑠 𝑡𝑟𝑎𝑢𝑚𝑎𝑠 𝑦 𝑚𝑎𝑙𝑡𝑟𝑎𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑝𝑙𝑒𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑒𝑠 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑛𝑜 𝑑𝑒𝑏𝑒𝑟𝑖́𝑎 �...