Cap. 17: Secuestro.

597 51 3
                                    


☆

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Parte 3/?

Narra Hikari

Estaba recargada en un sillón verde desgastado, con las manos amarradas en mi espalda.

Y con cinta adhesiva gris tapando mi boca.

¿Porqué? Se preguntarán. Bueno, cuando nos subieron al auto, yo no dejaba de insultar a nuestros secuestradores.

Parece ser que los harté, si superan, eso no fue nada.

Kaede estaba a mi lado, y al lado de ella Kanzaki. Éramos rodeadas por alrededor de once chicos con uniforme escolar de preparatoria.

—Hemos llamado a unos amigos—Comenzó Don cicatriz—También tenemos todo listo para tomar fotos de recuerdo. Quiero que sepan que, por mucho que griten nadie vendrá, somos los únicos que saben de la existencia de este lugar.

Varios comenzaron a reír mientras yo empujaba la cinta de mis labios con mi lengua.

Como si yo pudiera gritar en estos momentos, grupo de idiotas.

—Ahora—Siguió, apuntando a Kanzaki con el dedo índice—, tú, sabía que me sonabas de algo, esta eres tú, ¿verdad? Fue en un arcade de Tokio, el verano pasado—Nos mostró una foto de una Kanzaki rebelde, me sorprendí, pero después de unos momentos le tuve un poco de envidia. Sé quien es su padre, y que tuviera el valor de rebelarse.

Kanzaki, oficialmente soy tu admiradora número dos, el primer puesto se lo dejo a Sugino.

El chico-cicatriz-con-complejo-de-mafioso siguió—Tenía pensado secuestrarte, pero desapareciste de la noche a la mañana. Nunca hubiera pensado que eras de una escuela de élite, pero entiendo, a la gente de buena familia le gusta arruinarse. Entre más alto estás, más bajo quieres caer. Pero tranquila, el "profesor ruina" te enseñará de todo hasta el anochecer, a ti y a tus amiguitas.

Y se alejó, riendo, siendo seguido por su séquito de idiotas.

Kaede comenzó a hablar con Kanzaki sobre la foto, mientras la pelinegra contaba su historia y sus motivos.

Conseguí sacarme por completa la cinta.

—Que idiota, ¿no? Lo único que hice fue acabar en la marginada clase E, ya no sé a dónde pertenezco...

Iba a hablar, pero de nuevo el Don Cicatriz me interrumpió.

—¿Porqué no te nos unes? Nosotros tampoco creemos en el prestigio y estas estupideces, arruinamos a los de élite. ¿Qué te parece? Ponemos a todos del mismo nivel, les hemos enseñado millones de cosas a millones de personas.

Kaede bajó la cabeza, cubriendo sus ojos con su verde cabello—Cerdos.

Mierda.

La tomó del cuello—¡¿QUÉ DIJISTE?!, ¡¿DE QUÉ VA ESA MIRADA DE SUPERIORIDAD?!

𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 | Akabane KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora