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Lo que para algunos era una forma indecorosa y sucia de ganarse la vida, para mí era la única forma de sobrevivir. Claro que tenía sueños, metas y objetivos antes de hacer esto, soñaba con ir a la mejor universidad, conocer al amor de mi vida, ser una profesional exitosa, bla bla bla, tonterías que dejaron de existir el día que mis padres fallecieron en aquel cruel accidente, cuando la poca familia que me quedaba decidió darme la espalda y mandarme a un hogar de niños abandonados, del que tuve que salir a los 18 a enfrentarme a el mundo sola, comía restos de comida que dejaban en la parte trasera de las cafeterías, en las noches me refugiaba en parques o donde me agarrara la noche, nadie le quería dar trabajo a una pobre niña huérfana que apenas había estudiado, solamente él, nadie podría ver la prostitución como un regalo, pero aquella noche fue mi mejor regalo, mi boleto a la salvación o quizás a la destrucción, al menos después de esa noche, la calle, ya no fue una opción, nunca más.

3/5/2017
La noche ya estaba cayendo, y aquellos pedazos de pizza parecían la gloria, no había probado bocado durante todo el día, solo había saboreado el rechazo, un día más de intentos fallidos, encontrar trabajo más que una necesidad se estaba convirtiendo en un sueño. El parque que había escogido como posada para pasar la noche no estaba concurrido, solo una pareja y un chico de aura bastante interesante, por su aspecto parecía un bussines man, su traje y aquel reloj que cargaba eran prueba suficiente, con el dinero que debía costar aquel reloj, podría salir de mi situación, pagar la colegiatura de una buena escuela y vivir un buen tiempo tranquila, pero robar no era una opción, prefería morir de hambre antes que fallar a la memoria de mis padres. Al parecer le resulto graciosa la forma en que miraba su lujoso reloj, pues ahora era el quien me miraba con mirada pretenciosa y con una sonrisa, y que sonrisa, alrededor de sus mejillas se formaban unos hoyuelos muy tiernos, pero no era ternura lo que aquel hombre de cabello gris transmitía, su mirada me estaba intimidando así que decidí apartar mis ojos de él, pero ya había encendido el fuego, ahora venía por mí.
-Buenas noches señorita-dijo sentándose a mi lado.

Mis nervios estaban disparados, moría de miedo, su perfume era caro, solo un perfume caro tendría ese olor.

-Buenas noches-tartamudee-lo siento por mirarlo....yo no quería, es que...

Comenzó a reírse escandalosamente, una risa que me pareció bastante retorcida, una risa de película de terror, una risa demoniaca.

-Tranquila pequeña, mirar no es un delito, pero lo que sí es un delito es que una señorita como tú no esté en casa a esta hora.

-Casa....no tengo casa señor.- mis ojos comenzaron a cristalizarse.

-Como así?-su mirada era confundida.

-Cree que una señorita con casa tendría esta pinta y este olor, por supuesto que no, soy huérfana, mi casa es la calle.

-Realmente lo siento pequeña.

- Yo también lo siento señor.

- Y dime. Cuántos años tienes?

-18 años.

- Sabes bailar?

- Un poco, en el hogar de niños hacían talleres de baile, pero... porque me pregunta eso?

-Te gustaría salir de las calles...no es cierto?

- Es claro- y ahí estaba esa sonrisa en su cara, cómo si hubiese logrado un objetivo, ese brillo de triunfo y de acecho.

-Pues veras, tengo un bar, y en mi bar bailan niñas así como tú, y duermen con los clientes también, entiendes?

Podía tener 18 años, pero no era tonta, entendía perfectamente lo que me estaba diciendo.

-Lo siento, viviré en la calle, pero no voy a dar mi cuerpo por dinero.

-Nadie ha dicho eso pequeñita, tu serás mi protegida, solo bailaras, no dejare que nadie que tu no quieras te toque. Es tu decisión-me miró fijamente a los ojos mientras jugaba con un mechón de mi cabello.

-Lo siento, pero no, apenas y lo conozco.

-Tienes la vida entera para conocerme, estaremos de acuerdo que lo que te propongo es mejor que vivir en la calle, no pierdes absolutamente nada, pero voy a respetar tu decisión, adiós señorita.-se paró del asiento dispuesto a marcharse.

Era demasiado estúpida si no aceptaba lo que me estaba ofreciendo, y había prometido protegerme, solo debía bailar, solo eso.
-Espere- lo agarre de su brazo.

-Si?

-Lo haré.

3/5/2019
Y así fue como hace dos años atrás comenzó mi vida como prostituta, más bien de bailarina exótica, pues justo como Namjoon prometió nadie que no quisiera me tocó, solo él podía, porque así lo quería yo. No éramos novios ni mucho menos, solo era su princesita, su pequeña, la que en muchas noches lo hacía calmar su estrés y disfrutar. Nunca olvidaré aquella noche, cuando con aquella minifalda y aquel brasier de color negro que hacía ver mis senos de una forma tan sugerente, irrumpí en su despacho y le pedí que me hiciera suya, sí, mi primera vez fue encima del buró del despacho de Namjoon, en otras circunstancias lo hubiese catalogado como el lugar más impropio para que una señorita perdiera su virginidad, pero no cambiaría nada de lo que ocurrió aquella noche, fue simplemente perfecta, y hasta hoy había sido el único que había poseído mi cuerpo, conocía todas mi caras, mis defectos y virtudes. Namjoon era todo para mí, y estaba segura de que siempre seria así, realmente no quería equivocarme en esa conclusión.

-Estas perfecta Bae-dijo posicionándose detrás de mí en la silla de maquillaje, adoraba esa sonrisa jodidamente sexy que ahora se reflejaba en el espejo.

-Pues gracias-coloque mis brazos en su cuello y le di un pequeño beso en los labios.

-El show te espera mi querida Bae-Bae, así era como todos aquí me conocían y como él me llamaba, pero solo él sabía quién realmente era Kang So Hee.

Y una vida que otros llamarían deshonrosa para mí era simplemente perfecta, podía comprar cuantos vestidos y zapatos quisiera, podía viajar al país que me gustase. No tenía una pareja sentimental, porque para Namjoon no existían tales formalidades, pero al menos protección y cariño no me faltaba, mi vida estaba completamente en rumbo, o al menos eso pensaba, porque no somos dueños del destino ni de quien entra o sale de nuestras vidas, cuando creemos que ya todo está dicho y hecho, nuestra suerte simplemente da un giro de 360 grados y terminamos en situaciones, en manos y labios que nunca imaginamos.

Nota: Aquí está el primer capítulo de Hotter Than Hell, realmente espero que le den muchísimo amor y me regalen sus estrellitas y que comenten. Disfruten de leerlo como yo disfruté escribirlo.

PD: Y se preguntarán donde quedó Kookie, sorpresita para el próximo capítulo.

Les quiero. 😍😍😍



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