Quizás si... Si tan solo... Tal vez...
Es bonito crear panoramas distintos, pensar en posibilidades alternas. Imaginar e idealizar sucesos pasados, dándoles distinto matiz, uno más feliz, uno menos amargo, menos doloroso.
Soñamos y creemos que pudimos malearlos, manipularlos; y, nos pasamos días enteros, semanas enteras, imaginando que podemos reparar lo irreparable. Porque en ocasiones, cuando nuestros deseos están sujetos a decisiones ajenas, o se basan en estas, corremos el riesgo de un fracaso inminente e inevitable. Es una lucha contra nuestra propia naturaleza, contra nuestra felicidad. Es difícil encontrar estas ocasiones, sobretodo cuando pasan desapercibidas, cuando lucen simples y ordinarias, sin dar señales tajantes, luciendo falsamente moldeables.
Lo bueno de esto es cuando no solo somos seres que desean retroceder en el tiempo y ver si podemos cambiar algo; sino, cuando nos volvemos conscientes de que en realidad, de poder retroceder en el tiempo, de hecho, no podríamos cambiar nada; entonces se vuelve más real y tangible que es hora de soltar.
A pesar de que no tenemos el control del pasado, tenemos el control de poder usar ese pasado en pro de un presente real y feliz el cual sí podemos controlar.
Esa es la esencia real de soltar.
Minseok siente una ráfaga y luego ve cómo un Lu han agitado se instala frente a él cogiendolo de ambos antebrazos mirándolo directamente como comprobando que sí, es verdad, es real, ha vuelto.
- ¡Hey! - el saludo le sale débil, un débil intento de entusiasmo.
Antes de perder completamente el rostro de Minseok por las lágrimas que comienzan a acumularse Luhan lo abraza fuerte, sumerge su rostro entre el hombro y cuello del otro y se larga a llorar.
Minseok, sorprendido, tarda valiosos segundos en responder a un roto Lu han, pero lo hace, corresponde, dando palmaditas en la espalda del muchacho. No sabe como tratarlo, se siente inútil, es más, tiene un colapso emocional, es como si hubiera caos en su cabeza y sus emociones no pudieran definirse. ¿Cómo se debe sentir? Hay un chico llorando en su hombro y Minseok no encuentra como ayudarlo.
Entonces movido por una fuerza que no entiende cierra los ojos y le devuelve el abrazo, siente su dolor, y su corazón duele, comprende la pena de Lu han y el duele en el alma. Lu han sintiendo la empatia llora con más fuerza y Minseok lo abraza más fuerte aún, sus emociones se mueven nuevamente y llora también.
Lu han logra apaciguarse al rato, es como si hubiera descargado toda su pena. Ese año entero en que le sufrió, y por fin tras tantos intentos siente calma. Se separa lentamente, descubre las lágrimas en Minseok, y las limpia con suavidad ¡lo amó tanto!
Coge a su adoración por el rostro y le da un beso en la frente. Es un beso de despedida. Necesita dejarlo ir. Necesita ser feliz. Apoya su frente al otro y lo mira, Minseok continúa llorando y con los ojos cerrados.