Quarente et un

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"-¿Ves eso? -preguntó él apuntando al cielo, Rose frunció el ceño y miró a donde le indicaba -estoy seguro que esa es la osa mayor.

-Scorpius... -se rio -estoy muy segura de que eso es un helicóptero -El rubio gruñó

-¿cómo sabes eso? No tienes un telescopio

-Lo sé porque se está moviendo. -rebatió Rose con obviedad

-¿Estrella fugaz? -Sugirió

-No. -él rodó los ojos e hizo un puchero.

-Bien, sabelotodo... entonces tú encuentra estrellas. -Rose sonrió de lado y volvió a voltear al cielo.

-¿Ves los puntos brillantes? -preguntó Rose apuntando al cielo nocturno, él asintió divertido -bueno, los que están fijos y tintinean, esos son estrellas. -explicó como si fuera un niño pequeño. Scorpius se rio mirando fijamente a la pelirroja.

Estaban en el mirador de los Ángeles, viendo las estrellas sentados en el capo del auto de Scorpius -¿Si sabes que el cielo está arriba, no? -Scorpius se había quedado mirándola fijamente, con la misma sonrisa de oreja a oreja, y aún cuando se vio descubierto, no la borró.

-Ya lo sé, pero esta es una mejor vista..., y eres la estrella más brillante de todas las de arriba.

Rose se mordió el labio tras sentir sus mejillas sonrojarse, Scorpius la tomó con cuidado de la mano y se acercó lentamente, ella simplemente se quedó de una sola pieza, esperando a que la besara. "

-¡Rose! -dio un salto casi tan alto que estuvo a punto de golpearse contra el techo, Hugo estaba en el lado del piloto mirándola confundido -¿qué te ocurrió? Ahora sí que estabas en trance...

Rose parpadeo un par de veces, tanteo el terreno y prestó atención a su entorno, aún seguía en el auto de su hermano, y por fuera vislumbró el hospital frente a ella.

De pronto la paz que había sentido hace unos momentos se había esfumado, y de nuevo aquella ansiedad se volvió a formar en su estómago. -Yo... no lo sé -balbuceó -no me hagas mucho caso, prometo poner más atención.

Hugo le observó unos segundos, y en lugar de cuestionarla, se bajó rápidamente del auto y le abrió la puerta ofreciéndole una mano para que bajara. La chica dudó, pero finalmente se dejó llevar por su hermano y caminó a paso ligero hacia la entrada.

Era curioso como todo sucedia, las cosas se daban de una manera demasiado caprichosa, el destino lo era, incierto, impredecible pero o sobre todo caprichoso. Eso ya le había quedado claro, desde el momento en que se dio cuenta que estaba enamorada, -¿Cómo podría?- lo había odiado durante toda la vida, y ahora estaba yendo hacia él, con el corazón en la mano, lista para verlo, después de meses sintiendo que no sería capaz de lograrlo sin él.

Casi suelta una carcajada de solo recordarlo.

-Llevo preguntando esto por 4 meses Rose, pero, ¿estás bien?

Estaban frente a la habitación de Scorpius, el ruido de las maquinas se hizo lejano, al igual que las personas y enfermeras que pasaban. El aire del hospital siempre era frio, pero en ese momento era brutal.
Pasó saliva con dificultad y puso una mano temblorosa sobre el picaporte.

-Lo estoy ahora.

Albus, Zed y Blake estaban parados en diferentes puntos de la habitación, y Scorpius se encontraba en el medio, sentado en su cama con cara de confusión.

El corazón de Rose se paró en seco cuando los ojos grises de él se clavaron en ella.

...

Desde el momento en que pudo abrir los ojos, lo primero que hizo fue buscar con la mirada los de ella, pero no estaban, no podía verlos.
En lugar de eso se encontró con la cara de su mejor amigo. Zayn sonrió de oreja a oreja y comenzó a gritar. Pronto ya habían entrado dos enfermeras y lo estaban aturdiendo con una lámpara y sientos de preguntas.

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