Sentidos

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Frase: Mi primera vez no la pude ver pero si la sentí

Todo lo que veo lo hago con las manos, con los oídos, con mi boca, con mi nariz. 
Mi familia ha empezado a entender que debo ser libre y que no me van a poder cuidar toda la vida. Tengo necesidades que ellos no pueden satisfacer. 

Raúl, él ha sido amigo mío toda la vida. Me ha llevado a lugares que solo puedo imaginar y no llego a comprender en que forma puedo ver esos lugares. Solo sé que me dice cosas del estilo:
Mira Andrea, las nubes estan blancas y el pasto (pone mi mano en el suelo) esta húmedo, imagina que tan lejos puedes ir si hay un lago, al cual iremos en un momento.

Sin embargo, yo se que muchas de esas palabras no son reales, porque también me ha dicho que poseo un don, el don de crear cosas que nunca estarán en la mente de alguien que ve con claridad.

Es así que decidimos casarnos, decidió acompañarme en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza y yo acepté los mismos términos, aunque sé que no podré cuidarlo como él a mí. 

El día de la boda escuchaba mucha alegría de personas que había escuchado desde mi niñez y hasta mi adultez. Escuché la voz de personas que eran cercanas a Raúl y que expresaban felicidad y sonaban los abrazos y las palmadas en la espalda de él. Baile como nunca, como si no se me cansaran los pies y el soltaba chistes de las cosas que veía como los niños escondiendo las verduras de la cena o las caras de los familiares en el momento de bailar mambo No. 5 y WMCY. 

Pero la mejor parte fue cuando me llevó a la habitación matrimonial, donde me susurro al oído: Estas más hermosa que nunca. Me acarició la cara y me besó. Sentí sus manos por toda mi espalda, sentí su vestido de paño, atine a quitarle el saco y (con ayuda de él) a quitarle el pantalón, a descubrir su camisa y quitarle el corbatin para poder quitar la camisa de su cuerpo. Él me volteó y sentí un cosquilleo al oir la cremallera bajando lentamente mientras el me besaba cada parte de la espalda. 

La mejor parte fue cuando me acostó y empece a sentir sus caricias en mi sexo, empecé a sentir mi respiración agitada, no había sentido antes esa sensación; pero de saber que era él me sentía feliz. Me sentía tranquila, oí que rasgo algo y luego empezó a besarme el estómago, mis pechos, mi cuello hasta llegar de nuevo a la boca. En ese preciso instante sentí como introdujo algo sobre mí, mi cuerpo se estremeció involuntariamente, el se acomodó y preguntó: "Todo bien?". Una vez le dije que sí el me beso con mayor pasión y empece a sentir como entraba y salía repetidamente. Por primera vez no necesité ver para saber que sucedía. Observé  su miembro dentro mío, observe su cuerpo sobre mí. Observé la sonrisa que hizo cuando me escuchó gemir. Todo fue tan especial que después solo tuvimos la oportunidad de entregarnos el uno al otro y dejar llevar mi libido sabiendo que él me iba ayudar en cualquier cosa y me iba a guiar. Saber que ya no estaba sola y que me entregue al hombre que me iba a acompañar toda mi vida fue la mejor decisión que pude tener.

Así mi primera vez no la pude ver, pero la pude sentir.

VirginidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora