Hay muchas razones por la cual a Kai le aterra la idea de explorar la escuela de noche, pero cuando es arrastrado por su mejores amigos a colarse y quedan encerrados en la biblioteca, lo que menos esperaba era despertar a los espíritus en ella.
Port...
El palacio de La Capital se encontraba en total euforia.
Todo el pueblo se veía más que feliz, preparándose para recibir al prometido y futuro soberano del lugar.
Todos cuchicheaban sobre la gran belleza de Jeon Jungkook, la gracia que conllevaba, y todas las bendiciones que traería al reino.
Todos excepto Kim Taehyung.
El alfa miraba curioso aquel calendario tallado en jade, paseando sus dedos en el, trazando los símbolos y admirando el trabajo artesanal.
"¿Le gusta?" La voz ronca de la mujer beta que cuidaba el puesto le hizo volver a la realidad.
Le miró directamente antes de dejar el calendario en su lugar.
"Estoy curioseando" confesó, rascando su nuca.
"Eres muy apuesto" soltó la mujer mayor con una sonrisa. "Y por tu uniforme veo que eres un guardia del palacio"
"Algo así" Taehyung pasó sus manos por la mesa, mirando los objetos tallados en piedras preciosas. Hasta que su mirada recayó en un accesorio para el cabello.
Era un simple pedazo de madera tallada con piedras blancas como flores, pero por alguna razón sentía que aquel objeto le llamaba.
"¿Qué flores son?" Pregunto tomándolo en sus manos.
"Gazanias" la beta sonrió "En conmemoración a la llegada del príncipe"
"Príncipe..." Taehyung acarició la madera con sus dedos hasta que su mente lanzó una alarma a su cabeza "¡Espera! ¿Qué hora es?"
"Tal vez medio día"
"Oh dios" tomó su cabeza con su mano libre "Tengo que estar en el palacio"
Trató de dejar el adorno de cabello de vuelta en si lugar pero la mano de la anciana le detuvo.
"Llévatelo, seguro le encantará al omega que cortejes"
"Pero yo no-"
"Siempre es bueno estar precavido"
"No tengo dinero ahora"
"Es tuyo, después de todo, hoy es un día de fiesta"
Taehyung le sonrió a la mujer antes de echar a correr hacia el palacio. Rogando porque el príncipe no estuviera allí, o que Yoongi ya hubiera notado su ausencia.
La anciana siguió mirando al chico con una sonrisa, antes de mirar hacia el horizonte, el sol estaba brillante, pero una pequeña nube gris se divisaba a lo lejos.
Frunció el ceño, algo le daba mala espina. Algo venía en camino a arruinar la paz de La Capital.
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"Majestad, debería guardar la calma" Yoongi miraba a Namjoon caminar de un lado a otro, jugando con la manga de su delicada túnica.
"Nos casaremos, tengo que dar una buena impresión" El general suspiró.
