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"¿Qué estas haciendo Namjoon?" El moreno miro a su primo antes de suspirar y apartar la vista.

"Lo se Jimin, estoy siendo un total idiota. El mayor imbécil en la historia de nuestra familia. Estuve apunto de tirar 5 generaciones de Kim por la borda de la manera más estúpida y-" Jimin lo rodeo con sus brazos, tratando de calmarlo.

"Hey, hey tranquilo" Jimin acaricio su cabello, sintiendo como su primo recarga su frente en su hombro, mojándolo con lagrimas rebeldes que escapan de sus ojos.

"Jimin, no se que hacer. No se si estoy haciendo algo de esto bien. No puedo ser emperador, de verdad no. No soy mi padre, solo lo arruinare todo."

Jimin apretó sus labios, dejando a Namjoon desahogarse en sus brazos.

"No lo harás Nam, te conozco. Nos conocemos mejor que nadie. Tú me ayudaste" Jimin hizo que lo mirara "Ahora yo te ayudare en esto, en lo que sea ¿Esta bien? No eres débil si recibes ayuda Namjoon, eres alguien justo y compasivo"

Namjoon asintió, tomando una bocanada de aire.

"Jimin lo aprecio de verdad pero... Un corazón roto es algo que no puedes arreglar"

"Pero Namjoon-"

"Descansa, olvida todo lo que viste" Namjoon se aparto de él, saliendo de aquel gran salón, donde ambos habían entrado a tener aquella charla.

Jimin escucho como la puerta se cerraba y suspiro, dejando sus manos en su regazo, sintiéndose impotente ante toda la situación.

Cuatro corazones rotos, así de golpe.

Jimin apreto sus puños, antes de esconder su cara entre sus rodillas.

Él sabia lo que eso se sentía. Estar atrapado, ver a esa persona como un espejismo, un sueño inalcanzable para ti.

Él había peleado con todo lo que tenia para cambiar eso, al igual que Yoongi.

Pero no podía pedirle a Jungkook o Namjoon hacer lo mismo. Ellos tenían a todo un país con sus ojos sobre ellos, una guerra encima, una responsabilidad más grande que cualquiera que él hubiese tenido sobre sus hombros.

El sonido de la puerta volver a abrirse, y unos pasos le hicieron levantar la vista.

"Cariño" Yoongi salió de entre las sombras, mirándole preocupado "¿Qué haces aquí?"

"Yoonie" Jimin sonrió al verlo, jamás podía evitar sonreír cuando veía a su alfa.

Se paro del suelo, yendo a sus brazos, y como siempre, Yoongi lo envolvió en estos sin rechistar.

"Es tarde" Dijo el alfa, mientras el menor aspiraba su aroma, su cabeza escondida en su cuello "¿Por qué no estas en la cama?"

"Yo..." Jimin se separo un poco, mirando a Yoongi. "Es una larga historia"

"Algo te preocupa, te conozco" Yoongi acaricio su mejilla, buscando calmarlo "Dime tesoro, cual es el problema."

El Omega se quedo callado unos segundos, la duda invadiéndole. Había prometido no decir nada, llevarse el secreto hacia la tumba pero, este era Yoongi. Yoongi era su excepción, siempre lo sería, sin importar que.

Y sabía que si él se lo pedía, Yoongi no abriría la boca.

Ambos tenían una confianza inquebrantable.

Decidido, Jimin abrió la boca.

Y Yoongi escucho, sin interrumpir, sin juzgar, analizando toda la información que su preciado omega le estaba dando, que le hacia prometer guardar para siempre.

Even if I die, It's youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora