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¿Por Qué?

—¡¿Es enserio, FBI?!— gritó NASA retrocediendo al ver que la otra organización se acercaba Abel.
—¡No te mientas a ti mismo!— le lanzó varias cosas con tal de que no lo tocara.

—¡Tú fuiste el primero en tocarlo!— le dio un golpe que el otro fácilmente detuvo con su mano.
—¡Tú fuiste quién nos hundió en esta obsesión!— sus ojos denotaban una gran cantidad de odio guardado por años.

—¡Tú lo viste primero, de no ser por ti, nada de esto hubiera pasado!— el experto en artes marciales lo tomo de su camisa y lo acercó a su rostro.

—Y porque YO lo vi primero...— comenzó a doblar su mano, viendo la expresión de dolor en su cara.
—Es mío...— rompió su muñeca, sintiendo la satisfacción de escuchar un hueso rompiéndose.

—¡Hijo de puta!— ONU le dio una fuerte patada en su espalda, quien cayó al suelo y automáticamente fue golpeado en su cara con rencor.
—¡¿Es tuyo!? ¡No me hagas reír! ¡Yo te quitaré, lo haré de mi pertenecía!— FBI le dio un rodillazo en su costilla, escuchando un quejido del contrario.

—Ese es tu problema... ONU...— comenzó a presionar su cuello.
—Miras a todos como tus objetos, como si pudieras hacer lo que te diera tu puta gana... Y en parte es verdad.— el amante de la paz tenía dificultades para respirar, intentaba desesperadamente huir de ahí, hasta que FBI lo soltó.

—¡Ellos no son objetos!— gritó con furia el justiciero.
—Son gente, representaciones de países, son más grandes que nosotros y si ellos quieren, nos borran, ¿No recuerdas lo que pasó con tu padre? Puedo asegurarte que si USA se entra de esto...— soltó una risa algo terrorífica.

—No será bueno para ninguno de ustedes dos...— su mirada se oscureció, recordando sus más sangrientos días.
—Fuera de mi casa.— tanto NASA como ONU no necesitaron otra amenaza.

[...]

Se despertó de manera abrupta, tenía su respiración agitada y su cuerpo sudaba mucho, había tenido una pesadilla donde ONU y NASA eran los protagonistas.

—Pinche madre... ¿Desde cuándo eres tan débil, México?— tomo su cabeza y comenzó a estrujar su cabello.

—¿Méx? ¿Te encuentras bien?— escuchó fuera de su cuarto, FBI tocaba con suavidad para no asustarlo.
—¿Puedo entra-

No pudo terminar su oración cuando el latino abrió la puerta y lo tiro al suelo ocultando su rostro en el pecho del contrario.

—¿México? T-tranquilo... Todo está bien, estoy aquí...— sentía su camisa mojada, el mexicano estaba derramando lágrimas.
—FBI... ¿Por qué?..— levantó la mirada.

—¿Por qué contigo es diferente?— recargo su barbilla de nuevo en la organización.
—¿Por qué...?— lo abrazó más fuerte, ocultando de nuevo su cara.

Y era cierto... ¿Por qué con él era tan diferente?

¿Por qué nunca lo odio por lo que le hizo?

¿Será porque le pidió perdón?

¿Por deseo?

Por... ¿Amor...?