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Castigo.

México lo observó quitarse la chaqueta que tenía puesta, hizo lo mismo con su camisa.

Su torso estaba completamente marcado y sus brazos estaban igual de fuertes.
—No mames wey, pobre de tu chaquetaaaa~— cerro sus labios y apretó sus puños cuando la organización mordió uno de sus pezones con fuerza.

—Y-ya F-FBI, ya p-pof favor...— susurro México con las mejillas sonrojadas.
—P-pondre más s-seguridad en la f-frontera ah~— seguía mordiendo sus pezones sin piedad alguna.

—Oh, ¿Enserio?— el país asintió con extrema vergüenza, pues su abdomen no era marcado, solo plano y con muchas cicatrices.

—Aun así...— puso una expresión pensativa al mismo tiempo que separaba las piernas del mexicano.
—El verte a mi merced es muy excitante...— restregó su miembro duro en el trasero de este.

México mordió sus labios para no soltar sonidos indebidos, cosa que provocó una risa de parte de FBI.

—¿Que sucede, México?— se acercó a su rostro y le plantó un beso sobre sus labios.

México no abría la boca, así que apretó su miembro ya erecto cosa que provocó un gemido de su parte, la organización tomo aquello como una invitación y metió su lengua en la cavidad bucal contraria.

Seguía masajeando su miembro con cuidado, sintiendo entre el beso sus jadeos.

Se separó por la falta de aire, uniendo ambas bocas, un hilo de saliva se encontraba.

FBI miró al país, su rostro completamente rojo, su respiración agitada y sus pezones erectos, también su abdomen lleno de marcas lo hacían ver más hermoso de los EU ya era.

Con suavidad, dirigió sus dedos hacia su abdomen y lo acarició, paso suabo por cada cicatriz que este tenía.

—¿Que significa esta?— tocó una con extrema delicadeza, México no necesitaba verla para saberlo, así que giro su rostro con vergüenza.
—F-fue cuando C-Cortés llegó a mis tierras y E-españa me c-colonizo.— los movimientos en su entrepierna no paraban.

—¿Está de acá?—

—F-fue cuando luche contrAh~ F-franciaAh~— dejo de mover su mano y paso a quitarle el cinto.
—F-FBI... N-no lo hagas...— la organización dejo al descubierto su entrepierna ya mojada por el presemen.

FBI metió tres dedos a su boca y los lleno de saliva y después los dirigió hacia su entrada.
—Oh México... Ya lo hice.— empujó los dos dedos con fuerza, escuchando un gemido adolorido del latino.

No espero nada a que se acostumbrara y con su mano comenzó a darle embestidas fuertes y rápidas, sus gemidos eran entrecortados y en una de esas chillo ya que sus dedos rozaron su próstata.

—N-no, ahí no...— dijo con dificultad.

Metió el tercer dedo e hizo lo mismo por un rato, hasta que los saco con brusquedad.

México intento levantarse, pero las esposas le impedían cualquier cosa.
Fue girado con suavidad y sintió algo más caliente intentar entrar en él.

De una sola, FBI entro en México, provocando dolor. —¡¡AAHHHH~!! MNG~—

Y, como con sus dedos, no dejo que se acostumbrara cuando ya lo estaba embistiendo con rapidez y fuerza, hasta que una de esas, encontró su punto dulce.

—¡Ah~! ¡Ahí n-no!— pero FBI volvió a hacer caso omiso.

México dio un gemido más fuerte al liberarse en su orgasmo.
Pero la organización todavía no terminaba.
—Y-ya...— dijo con suavidad pero sus jadeos volvieron a hacerse presentes cuando esté volvió a embestirlo de nuevo, pero esta vez, le quitó las esposas y este se sentó en la silla, sin dejar de darle estocadas.

México se aferró a su espalda y FBI a su cintura, haciendo las embestidas más profundas.

Una, dos, tres y FBI termino dentro de México y el latino en su abdomen.
—¿Captaste la advertencia?— dijo sin aire la organización.

—S-si...— México cayó dormido en el cuerpo del FBI.

Este sonrió con dulzura, salió de su interior, lo vistió pero cambió su camisa (que anteriormente destruyó) por su chaqueta y lo llevo a su auto.

Cuando llegó a su casa, le dio una ducha tibia y después lo acostó en su cama para que al rato él, se acostara a su lado.