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ONU... NASA... México...

NASA caminaba entre los largos pasillos de su edificio.

El té que tenía en mano estaba muy delicioso, pronto, los forcejeos y quejidos se hicieron más presentes a medida que avanzaba.

—Hola hola~— dijo entrando a su oficina donde la ONU y México se encontraban, el tricolor tenía sus manos atadas por detrás de su espalda mientras que la organización de la paz solo lo miraba.
—Agh, hasta que llegas, tengo como 10 minutos esperando...— rodó sus ojos.

—¿Empezamos?—

Recapitulemos, el latino estaba bien Agustín de Iturbide tomándose una chela en su casa cuando de la nada, estaba en la sala de NASA amarrado y SEMI DESNUDO con la ONU observándolo fijamente.

Sus pensamientos fueron despejados al sentir como su boxer era jalado con brusquedad dejando su miembro al descubierto.

—¡Q-quitate!— le lanzó unas cuantas patadas sin embargo, uno de sus pezones fue apretado con rudeza, ONU recargo la cabeza de México en sus piernas mientras que daba toqueteos en todo su delgado cuerpo.

Comenzó a temblar, sus manos se aferraron a las cuerdas en busca de distraerse, sin lograrlo.

Los besos húmedos lo hicieron estremecer, sentía como el calor empezaba a ser más bochornoso con el paso del tiempo.

—Mexico~— ONU giro la cabeza del latino para después mostrarle su miembro duro, el tricolor negó varias veces e intento soltarse, más una mordida en su muslo lo hizo gemir a lo que el celeste aprovecho para meter su pene a la boca del contrario.

—Si lo muerdes... Será peor, así que empieza de una vez.— ONU puso su propio ritmo tomando la cabeza del norteamericano, quien solo cerro sus ojos.

NASA por otro lado, se mantenía lamiendo la entrada del tricolor.

Sus ojos se abrieron a tal grado que creyó que iban a salir de sus cuencas, la presión en su entrada se hacía cada vez más fuerte, fue levantado bruscamente de dónde estaba y de un sentonazo, el miembro de la NASA estaba dentro del latino.

—¡Aaaaaaahhh~— gimió aferrendose a sus muslos, quedó con su espalda en el pecho del amante de astros.

Las embestidas eran fuertes, profundas y rápidas, el tricolor cerro sus ojos mientras un hilo de saliva caía de su boca.

—Vamos no me dejen atrás...— las embestidas pararon, ONU se acercó al cuerpo de México y abrazo su espalda.
—Esto te va doler...— el trice sintió otra presión en su anillo muscular, araño la espalda de la organización de paz y derramó lágrimas de dolor.

Un jadeo de satisfacción soltaron ambas organizaciones cuando la ONU estuvo completamente dentro, esperaron un tiempo a que se acostumbrara al dolor, un silencio incómodo reino el lugar.

—Ah~— jadeo México cuando la NASA comenzó a moverse junto con el de tez celeste, rápidamente, ambas caderas se movían frenéticamente golpeando el culo del norteamericano.

El cosquilleo en los tres se hizo presente, ONU bajo su mano hasta tomar el miembro de México y comenzó a masturbarlo con rapidez, provocando que el latino se viniera primero.

Poco después, ambas organizaciones...