Cuando la conoció él no creyó que ella se convertiría en parte tan importante de su vida.
Una historia extraña y absurda, llena de amor, desamor, mentiras, engaños y deshonestidad.
Porque no todas las historias de amor comienzan de forma especial.
O...
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Todoroki miraba a Izuku, ella parecía perdida en su mundo mientras él trataba de tener una conversación trivial, misma que solo era respondida por monosílabos de la chica. Aquella actitud molestaba al bicolor, más trataba de contenerse pues no quería soltar abruptamente lo que necesitaba de la mujer.
Aunque Midoriya no parecía cooperar, por lo que en un arranque de enojo escupió su carta de triunfo para la petición que tenía.
—¡Maldita sea! He tratado de ser amable y darte una oportunidad, pero tu actitud de mierda ya me fastidio. Te iras a vivir conmigo con el pretexto de que la universidad a la que quieres asistir queda más cerca a esta prefectura, antes de que digas algo, si no lo haces le diré a tus padres que te gustan las mujeres y salías con una —escupe de mala manera.
La de cabellos verdes parpadea confundida, luego de unos minutos callada se levanta de la mesa y niega.
—No sé de donde sacas esa locura —Acto seguido se levantó de la silla y salió del local en que estaban.
Todoroki rodo los ojos, dejo unos billetes en la mesa y se fue detrás de la muchacha, la encontró tratando de cruzar rápidamente una avenida, más el semáforo estaba en rojo, por lo que la tomo del hombro.
—Tenemos que hablar, seamos adultos razonables y arreglemos esto de una vez por todas —sugirió con seriedad.
Izuku lo miro con frialdad, torció la boca en una mueca desagradable pero asintió. Shoto guio a la muchacha hasta un sitió alejado donde nadie pudiera interrumpirlos, cuando estuvo seguro de que nadie podría escucharlos se dispuso a hablar.
—Mira, tu orientación sexual me es indiferente, realmente lo que quería pedirte es que consideraras vivir conmigo, ya que me entere de que pronto ingresaras a la universidad privada de Kobe.
—¿Quién te lo dijo?
—Mi madre. Tu mamá le contó a la mía, por eso fue que me termine enterando.
—Pudiste haberme sugerido la idea con más tacto, no amenazándome con brusquedad Todoroki.
—Lo sé, pero tú no estabas muy amable que digamos, me desesperaste y por eso actúe así.
—Vaya, esa disculpa no es muy amable tampoco.
—La culpa la tienes tú, yo trate de sacar el tema pero tú no me prestabas atención.
—Ciertamente puedo reconocer mi parte de la culpa en el asunto, pero no creo que tú lo hagas, ¿cierto?
—Yo no tengo la culpa de nada.
—Eres increíble, ¿sabes? me engañaste, tu apariencia tranquila, tu serenidad, me hicieron creer que eras un buen tipo, pero ahora que te conozco no pudo evitar pensar que eres igual a Bakugo. Solo que una versión mejor disfrazada.
