Capítulo 11 Señora Saotome

347 24 0
                                    


Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi...

VAINILLA

CAPÍTULO 11

"SEÑORA SAOTOME"

Akane se giró, encontrándose con Ranma que estaba unos centímetros detrás de ella. La chica gritó, asustada, pues no se esperaba un acercamiento tal. Ranma no pudo contener la risa.

—Jajajaja, ¿te asusté?

—¡Bruto! Por poco se me detiene el corazón.

—Para saber artes marciales, posees muy poca concentración. No sabes estar en guardia —criticó Ranma a su esposa —¿Eh? ¿Estabas llorando?

Akane tenía la nariz enrojecida y las pestañas algo húmedas, pero negó con la cabeza —No estaba llorando. Solo...tenía algo de sueño.

—Claro que estabas llorando. Se te notan los surcos de lágrimas en las mejillas porque tu cara está llena de mugre. Supongo que intentaste limpiar, pero la casa se ve exactamente como estaba cuando me fui. Ahora dime, ¿por qué estabas llorando?

Akane arrugó el entrecejo. No sabía si responder a su ataque, a sus dotes de limpieza o decirle que extrañaba a su familia.

—¡No te diré nada! Si no te gusta cómo limpio es tu problema —volteó la cara, tratando de limpiarse un poco. La casa tenía tan pocas cosas que no había un solo espejo, y con las ganas que tenía de irse de "luna de miel" no empacó nada de sus artículos para maquillarse.

—Como digas —Ranma se enderezó para acomodar los productos que había traído del pueblo, empacados en bolsas. Akane también se levantó del suelo.

—¿Por qué tardaste tanto? La señora Hamasaki dijo que le pediste a su esposo quedarte en el pueblo. ¿Acaso...?

—¿Acaso qué? —Ranma la miró, retador. Parecía que de pronto se había puesto de malas.

—Ayer...dijiste que ibas a buscar dónde comenzar los trámites para...los trámites para que tú y yo...los...

—¿Los trámites de divorcio? —apuntó Ranma. Akane se sonrojó y asintió con la cabeza baja.

—¿Tantas ganas tienes de divorciarte? Hazlo tú misma. Yo quiero abstenerme de hacer algo por lo que mi madre me condene a muerte —siguió sacando cosas de las bolsas, lanzando los objetos sin cuidado.

—Debiste hacerlo, pude haberme echado la culpa de todo —dijo Akane, envalentonándose, cosa que a Ranma no le hizo gracia.

—Para tu información, fui a buscar dónde hacer un trámite de esos, pero tu hermana Nabiki tenía razón, esto es un pueblucho, no hay mucho cerca de aquí. Tendrías que ir a una ciudad más grande, así que te aconsejo que lo hagas llegando a Nerima. No quise pedir el favor al señor Hamasaki, ya demasiado han hecho él y su mujer por nosotros —Ranma continuó su trabajo y Akane se cruzó de brazos, apretando los labios.

—Me parece que TÚ eres el que no quiere divorciarse — dijo la chica con sorna. Ranma la miró, entrecerrando los ojos. Levantó el rostro y se acercó a su mujer, con una sonrisa arrogante.

—Tampoco quiero estar con alguien que no quiere estar conmigo; pero me parece buena idea antes del divorcio aprovechar mis derechos como esposo, que hasta ahora no he podido consumar...esposa mía.

Akane tembló. Se puso pálida y empezó a respirar con fuerza. No se atrevería a tocarla...no. Ella no lo permitiría. Pero Ranma era tan fuerte. Se lo había demostrado hacía algunas noches, si él hubiera querido, no la habría dejado escapar. Akane contuvo las lágrimas, haciendo un puchero. El semblante de Ranma cambió de inmediato, casi escupiendo soltó una carcajada.

VainillaWhere stories live. Discover now