Capítulo 15 El Reto

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Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi...

VAINILLA

CAPÍTULO 15

"EL RETO"

Ranma y Akane durmieron mal esa noche, más bien, no durmieron. Ambos estuvieron dando vueltas en sus respectivas camas. Ya no se sentía lo mismo. A pesar de tener sólo una semana de casados, se habían acostumbrado demasiado a dormir juntos. Cada uno sentía un vacío en el respectivo lado de la cama que ocupaba el otro.

Akane la pasó llorando, pensando que tenía un marido insensible, que no la entendía. Ranma no lograba acomodarse, pensando que había sido un idiota por decirle semejante irreverencia a su mujer, que había dejado su olor a vainilla hasta en su misma almohada y eso lo mataba.

Akane fue la primera en levantarse, justo para evitar encontrarse con Ranma, que sabía, tenía el sueño pesado. Trataría de irse antes a la escuela para no tener que verle la cara. Comía el arroz en silencio. Tenía los ojos hinchados y el semblante triste.

Para su mala suerte, Ranma se levantó temprano al escuchar el movimiento de su madre y Kasumi en la cocina. Pensó que Akane estaría tan enojada con él que no bajaría hasta asegurarse que él se hubiera ido y él por nada del mundo permitiría que se le hiciera tarde para ir a la escuela.

—¡Buenos días, hijo! —dijo Nodoka.

Akane dejó de masticar. Sintió la mirada de Ranma, clavada en su cabeza. No se atrevió a moverse.

—No gracias. No tengo hambre. Me iré a la escuela ahora — sentía mucha tristeza. De todas las discusiones que habían tenido, esa había sido la más fuerte, o la que más daño causó. Tal vez era una tontería, pero era la primera discusión de ese calibre después de unirse en un solo cuerpo. Probablemente esa era la razón por la que cada uno se sentía tan dolido y vacío.

—Deberías por lo menos llevarte algo para el camino. No tienes buen semblante —dijo Kasumi a su cuñado, quien mostraba marcadas ojeras y los ojos hundidos.

—Gracias, pero comeré algo en el camino —diciendo esto, se alejó. Solo escucharon la puerta corrediza abrirse y cerrarse. Akane exhaló. Dejó los palillos sobre su plato de arroz y dio un gran sorbo a su té verde.

Nodoka y Kasumi la miraron con compasión, pero ninguna se atrevió a decirle nada. Los pleitos de casados debían arreglarlos ellos mismos. No querían tensar más las cosas.

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Al llegar a la preparatoria Furinkan, Akane buscó a Ranma con la mirada. No estaba por ninguna parte —Seguro entró ya al salón. No quiere verme pensó la joven señora Saotome, suspirando decepcionada. Nunca se dio cuenta que Ranma la había seguido desde su salida de casa, saltando sobre los techos. Ahora la observaba subido en la rama de un frondoso árbol, donde tampoco podía verse.

Las chicas del ex club de admiradoras de Ranma, ahora amigas de Akane la saludaron alegres.

—¡Buenos días, Akane chan! —dijeron todas en una sola voz.

—Buenos días —respondió la chica de cabello corto forzando una sonrisa. Todas se encaminaron al salón. Akane no tenía muchas ganas de hablar con nadie, así que respondía muy poco a sus nuevas amigas, que no dejaban de contarle lo sucedido en sus citas y sus elecciones de guardarropa.

Akane volvió a entristecerse al notar que Ranma no estaba en su lugar. Pronto sonó el timbre de la primera clase y el chico de la trenza, entró tras el profesor sin siquiera mirar a su esposa. Ella soltó un suspiro apenas audible, mientras Ranma se concentraba en taparse la nariz para no oler su aroma y sentirse más miserable que en toda su vida.

VainillaWhere stories live. Discover now