Capitulo 12 Kakunodatemachi

476 26 0
                                    


Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi...

VAINILLA

CAPÍTULO 12

"KAKUNODATEMACHI"

Cuando Akane despertó, Ranma no estaba. Pasaban de las nueve de la mañana. Había dormido demasiado y ni cuenta se dio cuando su marido se levantó. Se sentó sola a tomar el desayuno, limpió y al estar tan aburrida salió a lavarse. Intentó concentrarse en leer su libro. Las cosas de Ranma seguían ahí, así que era seguro que se hubiera ido al pueblo con el señor Hamasaki.

No necesitaban muchas cosas, faltaban algunos días para volver a Nerima y cualquier cosa que tuvieran de más, por ejemplo, comida, sería desperdicio, así que habían calculado para tener solo lo suficiente. Cuando pensaba que había comida extra, Ranma arrasaba con ello en pocas horas; comía bastante. Por eso la señora Nodoka siempre estaba recibiendo pedidos que mandaba traer del mercado. Akane volvió a enfocarse en su lectura, en vez de estar pensando en Ranma y su manera de comer.

.

.

.

Ranma se había ido con el señor Hamasaki desde muy temprano. Se había ofrecido a ayudarlo a subir y bajar mercancía que su vecino se encargaba de transportar de otros campesinos que vivían en los alrededores. Ranma quería evitar a Akane a toda costa; el problema era que no sabía qué decirle ni cómo afrontar la situación. Nunca le había gustado tanto una chica ni sentido tantos celos en su vida. La atención siempre era para él, no al revés, así que le estaba costando bastante comunicarse con ella. Pero mientras menos tiempo estuvieran cerca, más rápido pasarían las horas y llegaría el día de regreso a casa. Irían a la preparatoria, él entrenaría toda la tarde, tomaría la cena y se iría a dormir sin tener que decirle una palabra.

—Hoy no vino tu esposa —afirmó el señor Hamasaki.

—Estaba dormida y no quise despertarla.

—¿Sabes, hijo? los problemas entre las parejas son muy comunes, sobre todo al inicio del matrimonio, pero me sorprende que dejes sola a tu esposa estando de luna de miel. Es una mujer muy bonita.

Ranma no dijo nada. Al parecer, era visible que se llevaban mal.

—Mi consejo es que le digas que sí a todo. A las mujeres les gusta sentirse comprendidas.

—Eso hice, pero ella está enfadada porque el matrimonio fue un acuerdo de nuestros padres, no de nosotros.

—Entiendo. Dale tiempo y acércate a ella, parece una buena chica. Lleva las cosas con calma y puedo asegurarte de que recibirás tu premio esta noche —el señor Hamasaki guiñó un ojo y estacionó el camión afuera de la bodega, donde ya los esperaba un empleado. Ranma enarcó una ceja. La señora Hamasaki era una mujer muy amable y siempre atendía bien a su marido. Él no levantaba la voz frente a ella y parecían tener una vida muy tranquila y feliz, a pesar de estar solos en ese lugar tan lejano de la civilización. Eran todo un ejemplo de matrimonio.

Unas horas después, cerca del mediodía, Ranma llegó a casa. Akane se asomó por la cortina del cuarto.

—¿Quieres que te sirva algo de comer? —preguntó la chica.

—No, gracias. Haré otras cosas primero.

Akane volvió a meterse en la habitación. Ranma pensó que era mejor idea comer y pospuso lo que quería hacer. Empezó a buscar comida y por ende a hacer ruido. Akane salió de nuevo.

—Me dijiste que harías algo primero ¿es que no quieres que te sirva la comida?

—Cambié de opinión, además puedo hacerlo yo mismo.

VainillaWhere stories live. Discover now