01| Santa Fe se busca, vivo o muerto

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La guerra la cuentan los ganadores y los ganadores nunca son inocentes

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La guerra la cuentan los ganadores y los ganadores nunca son inocentes. 

"Se confirma la muerte de la primera dama de la nación, la Sra. Morgan fue atropellada en la madrugada del pasado viernes, en su poder se encontraron cintas que muestran a cadáveres despellejados y..."

Preferiría cortarme los huevos antes de tener que levantarme a escuchar esto.

—Buen día, ¿Qué desea, Dorian? —preguntó la camarera.

Matar, torturar, hacer que el mundo conozca el verdadero terror, eso quiero Marta.

—Un tamal con Coca cola —le respondí sonriente—, tan linda como siempre.

—¡Me sonrojas! Que encanto de muchacho.

Ella dio vuelta en sus pasos con velocidad para realizar mi pedido, aproveché que no había nadie vigilando para subir el volumen de la radio y poder escuchar mejor sobre la "desagradable" noticia.

Dentro de una media hora tendré que estar frente al jefe del despacho de abogados Hunter para que pueda ascenderme de puesto, un solo mes trabajando allí y ya seré compañero de los hombres más renombrados de la ciudad. Cosa obvia, por mucho soy el mejor que todos ellos.

Excepto Samael que supongo que está a mi nivel.

—Aquí tiene joven, que tenga buena mañana.

El sonido de los cubiertos chocar contra la porcelana del plato me trajo recuerdos, miré a los ojos a la camarera. Esta me sonrió.

—Muchas gracias. —susurré.

A menudo los demás criminales se burlan de mí por tratar bien a las personas pero, ¿Qué puedo decir? Los modales hacen al asesino.

Además, no hay bullying que no pueda resolverse con un poco de sangre.

Devoré mi desayuno en lo que continué escuchando la radio, el programa se vuelve cada vez más interesante. La conductora parece atemorizada e intenta encontrar algún patrón entre las últimas víctimas de forma inútil.

Aproveché el tiempo para ordenar mi billetera, me quedé observando la foto que tengo con mi mejor amigo en ella, nos vemos normales.

"Se encontró una cadena de oro con un crucifijo en la escena del crimen, el principal sospechoso es..."

Dijeron mi seudónimo.

Mierda, yo que pensé que mi hámster se lo había comido.

Al terminar de comer llamé a mi taxi de confianza, debía apresurarme en arreglar ese improvisto. No fui hasta Londres a por el collar para que se me pierda con un simple accidente.

En un par de minutos el auto amarillo patito de Mónica ya decoraba el exterior de la cafetería, la bocina que está tocando sin parar como una desquiciada es mi nueva melodía. 

Rito de herejes | RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora