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Eran las 13 horas con 20 minutos, había quedado con Joaco de encontrarse a las trece en punto y aún no llegaba ¿acaso pensaba dejarlo plantado?
Después de cinco minutos más, el pelinegro se dispuso a ir a su habitación pues tal vez ese día el castaño había tenido algo mucho mejor que hacer.
Cuando estuvo en su cama su estómago rugió sonoramente, tenía hambre y es que no había preparado nada para comer, pensó que el castaño le llevaría algo como las veces anteriores ¿qué haría ahora? No quería comer una de esas sopas instantáneas que tenía en la alacena, pero tampoco estaba en sus planes morir de hambre, por lo que resignado acudió a la cocina para prepararse una sopa.
4 minutos después, su comida estuvo lista. La sirvió en un pequeño tazón y se sentó frente a la televisión. El timbre sonó en ese momento.

-Hola Emilio, perdón por la demora.

Estaba feliz de ver a aquel chico en su puerta, no sabía el motivo, pero lo estaba y no pensaba permitir que él lo notara.

-Ah eres tú, no te preocupes. Si quieres podemos vernos mañana- contestó con cierto toque de indiferencia.

-¿Estás bromeando? ¡Sólo faltan dos días para navidad!- replicó enérgico.

-Por eso, estoy resignado a pasarla solo.

-De eso nada, hay que seguir intentando- dijo mientras entraba al departamento del chico sin recibir invitación- ¡Por Oaxaca y todas sus flores!, ¿no me digas que pensabas comer eso?- señaló el plato de sopa sobre la mesa.

-Sí, no tengo mucha hambre- Joaco se lo hubiese creído, de no ser por el sonoro rugido proveniente del estómago de Emilio que se escuchó en toda la habitación.

-Si, claro. Andando- salió del departamento del rizado haciendo un ademán para que él lo siguiera.

Emilio había vivido cinco años en aquel edificio, había conocido al castaño un año después y nunca se imaginó ser amigo de él, enserio le caía mal o bueno, eso pensaba antes de comenzar a conocerlo y convivir con él. Ahora estaba en su departamento, sentado en su comedor, comiendo de su comida y vaya que el chico cocinaba bastante bien.

-Y... ¿Cómo la pasaste con tu sobrina?- preguntó para romper el silencio.

-Oh, estupendo. Es una niña encantadora, estuvimos jugando un rato, vimos películas, cenamos pizza y comimos palomitas y gomitas- pudo notar su emoción al hablar de su noche con Mica.

-Vaya, ¿te gusta? ¿Todo ese asunto de cuidarla?

-Si, ya te dije que es encantadora. Los niños en general lo son.

-Si- sonrió leve- y ¿qué película vieron?

-Vimos "Arthur Christmas", es navideña, animada, pero muy buena.

-No había escuchado de ella.

-Algún día tienes que verla. Tal vez cuando encuentres a tu persona especial.

-Si es que aparece- mencionó un poco decaído.

-Bueno, hagamos algo. Si no encontramos al chico de tus sueños, te invito a ver "Arthur Christmas" aquí en noche buena.

-¿No estarás con tu familia?

-No... En realidad mis padres murieron hace cuatro años, cuando me mudé aquí todo aquello estaba reciente. Así que sólo somos mi hermana y yo, con su esposo y mi sobrina claro. Ellos viajarán a visitar a la familia de su esposo, me invitaron pero no quería parecer un encajoso...

-Y dijiste que no- dijo a modo de conclusión.

-Exacto, así que estaré aquí. ¿Quieres postre?- le preguntó cuando el chico frente a él terminó de comer.

-No quiero ser encajoso- bromeó.

🎄

Un trozo de pay de fresa. ¡Había un trozo de pay de fresa frente a él! Hacía mucho que no comía uno y era su favorito.

-¿Quieres escuchar música?

El chico solo asintió. El de cabello lacio puso algo de Michael Jackson.

-¿Está bien esto?

-Perfecto.

Se pusieron a hablar de música mientras Emilio disfrutaba su trozo de pay, incluso cuando ya lo había terminado. Resultó que a ambos les gustaba Michael Jackson y Ariana Grande, tenían gustos similares, aunque no coincidieron con Natalia LaFourcade, a Joaco no le agradaba mucho, pero aún así también escucharon un poco de la música de ella.
Estuvieron tan entretenidos en su plática que no se percataron de que el tiempo pasaba.

Emilio se marchó a las diez de la noche. Se fue a la cama pensando en lo mal que había pensado de Joaco anteriormente. Ahora conocía un poco más de él, sabía que cocinaba delicioso, sabía que le gustaban los niños, sabía que sus padres habían muerto, sabía que no le gustaba Natalia LaFourcade.

6 días para navidad|Emiliaco|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora