6 días para navidad|Emiliaco|Terminada|

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Su día había comenzado muy temprano, eran las 6:00am. Necesitaba un poco de aire fresco por lo que salió a correr desde el momento en que se levantó. Tenía media hora dando vueltas por el parque más cercano a su edificio, las palabras de su amiga Cece retumbaban en su mente.

"Si pierdes la apuesta tendrás que salir a correr por el parque sin ropa".

Él amaba correr, pero de ninguna manera pensaba hacerlo desnudo. Además, más que no perder la apuesta que tenía, lo que más deseaba era encontrar a un chico especial, que lo amara y ser feliz por siempre.

Le quedaban 6 días y tenía que aprovecharlos al máximo, dio vuelta en 'u' para volver a su departamento. Su ropa estaba sudada y hasta él podía sentir el hedor que desprendía, era realmente desagradable para él estar así y lo único que quería era llegar a su departamento y darse una ducha.
Cuando salió del ascensor se encontró con él, la persona con quien menos deseaba encontrarse no sólo ese día, sino todos los días de su vida.

-Hola Emilio, ¿vienes de correr?

Su pregunta era muy tonta, bastaba con ver su ropa para saber que de ahí venía.

-Sí ¿cómo adivinaste?- le dijo con cierto fastidio.

-Pues tu ropa está sudada- dijo señalando su playera.

-No me digas- dijo por lo bajo mientras se alejaba de él rumbo a su departamento.

-Oye ¿harás algo hoy?- se apresuró a preguntar.

-Aún no lo sé, tal vez salga por ahí un rato.

-Hoy daré una fiesta en mi departamento... si quieres puedes pasarte por ahí un rato.

¿Lo estaba invitando a una fiesta? ¿Qué sus señales no eran lo suficientemente claras? El chico le caía bastante mal.

-Escucha Joaquín, no quiero ser grosero, pero no tengo ganas de fiestas hoy.

-Está bien, sólo era una sugerencia.

Cuando estuvo dentro de su departamento, no pudo evitar rodar los ojos. Ese chico era bastante irritante para él.

Por la tarde salió a dar una vuelta, pensando que podría toparse al amor de su vida en la calle, pero no fue así y decidió volver a casa y tirarse en el sofá a comer golosinas frente a la televisión.

A las 9:00pm llegó Cece, quería ver como iba su querido amigo.

-Antes de que digas algo, no, no he conseguido ninguna cita.

-Ok, sólo iba a decir que Joaquín parece tener una buena fiesta hoy.

-Ah sí, me invitó en la mañana y obvio que le dije que no.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Sabes que me choca ese tipo, de ninguna manera iría a su casa.

-Emilio, sólo es una fiesta y quien quita ahí conoces al chico que tanto buscas.

Eso lo hizo pensar un poco ¿sería posible que en aquella fiesta conociera al amor de su vida? Definitivamente tenía que ir.

-Me convenciste, pero vas conmigo.

-Por eso ni te preocupes, a las fiestas me apunto sola.

El chico fue a cambiarse de ropa, si había la posibilidad de conocer al chico de sus sueños no lo haría con esa playera tan fea. Se vistió de camisa, una de color azul, su color favorito y se aplicó un poco de su mejor perfume.
Conforme se acercaban a la puerta del departamento de Joaquín, la música se escuchaba más fuerte. Tocaron el timbre, pero era claro que nadie les abriría con semejante ruido, se dieron la vuelta para volver a casa de Emilio, pero se toparon con Joaquín y dos chicos más saliendo del ascensor. Traían bolsas repletas de papas, refrescos y bebidas alcohólicas.

-Hey, Emilio ¿decidiste venir?

-Eh, sí. Ella es Cece, me convenció de venir.

-Sí, la recuerdo. Hola Cece ¿cómo estás?

-Bieeeen, pero miren nada más, vienen muy cargados ¿les ayudamos?- ofreció la chica.

-Eso sería increíble.

Los cinco entraron al departamento, que era más gente que nada. Emilio no podía creer que Joaquín tuviese tantos amigos, es decir, era un chico muy irritante y molestoso.

-Chico a las 12- enseguida su mirada se dirigió al chico que su amiga le había indicado, estaba en la sala, vestía informal y no le quitaba los ojos de encima al rizado.

-No está nada mal.

-Emilio no inventes, ese chico está que arde ¡ve por él!- le dio un pequeño empujón.

Él comenzó a acercarse a él, lamentablemente su andar se detuvo cuando un chico se sentó en las piernas del otro. Joaquín quien había visto a Emilio parado mirando la escena decidió acercarse a él.

-Son lindos ¿verdad?

-¿Qué?

-Santiago e Ian. Son novios desde hace dos meses, son un amor.

Nunca había odiado tanto a aquel castaño. Lo dejó ahí hablando solo y salió del departamento. ¿Por qué los chicos que le gustaban tenían pareja? ¿Por qué los chicos que se mostraban interesados en él resultaban ser unos patanes?

-Oye, espera- Joaquín lo detuvo en la entrada.

-¿Qué quieres?

-¿Por qué te vas?

-Porque no quiero estar aquí, porque Santiago o Ian me estaba coqueteando antes de que su novio llegara, porque ahora solo me quedan cinco días para encontrar el amor.

-Wo, wo, wo... tranquilo Emi.

-¡Emilio!

-Emilio, tranquilo ¿tanto deseas un novio esta navidad?

-No es que lo desee, pero hice una apuesta y si no la cumplo voy a tener que hacer algo desagradable y necesito encontrar un novio. Osea si deseo tener un novio y todo eso pero...

-Yo puedo ayudarte.

-¿Qué?

-Que puedo ayudarte con eso.

-¿De qué hablas? ¿Cómo podrías ayudarme?

-Bueno, conozco a mucha gente y soy bueno para relacionarme, seguro que puedo ayudarte a conseguir un ligue de navidad.

-No lo sé.

-Confía en mí.

-¿Y tú qué ganarías con eso?

-Pues ayudarte, será como mi propósito de año viejo.

El chico no le caía muy bien, pero no podía rechazar esa ayuda. Tendría que soportar 5 días con Joaquín, pero ¿qué era lo peor que podría pasar?

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¡Hola bebés!

Pues les presento esta adaptación de una de mis historias Jalonso.

La verdad es que cuando la creé, a pesar de ser corta, tardé mucho en terminarla. Pero ahora es diferente, porque ya está terminada y eso hará más fácil el proceso.
Se actualizará un capítulo diario :)

¡Espero que esta historia les guste mucho, la hice con mucho amor para todos ustedes!

Estamos a seis días de navidad ¿tienen algún deseo de navidad?

Les mando un chorro de besos y mucho, mucho amor.
No olviden dejar su bella estrellita y un comentario bonito.

¡Nos leemos mañana!