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El día había llegado, era 24 de Diciembre. Esa noche, era nochebuena y la mañana siguiente sería por fin, Navidad. El plazo estaba por cumplirse y Emilio no tendría que cumplir con el castigo de la apuesta, pues había conseguido una cita para esa misma noche. Ahora se encontraba en su habitación, tirado sobre la cama, mirando al techo. Eran las 2:00pm y no había salido de su cama en todo el día, aunque ahora su estómago se lo estaba cobrando.
Se levantó con mucha pereza y se dirigió a la cocina, se había saltado el desayuno y su estómago rugía con bastante fuerza para esta hora.

-Genial, sólo hay dos huevos y una sopa- recordó como hace unos días estuvo a punto de comer una sopa igual a esa y Joaco lo impidió invitándolo a comer a su departamento. Lamentablemente en esta ocasión no sería así, pues el chico y él no habían quedado en verse dado que Emilio ya tenía una cita, y lo más seguro era que Joaco estuviese con el tal Niko.

Resignado tomó aquella sopa y la preparó, cuando estuvo lista la sirvió en un tazón y la dejó sobre la mesa mientras servía un vaso de jugo de naranja. Tomó asiento frente a su sopa y comenzó a comer, definitivamente eso no se parecía en nada a la comida que había estado ingiriendo toda la semana. Tomó su celular y entró a sus redes sociales, revisó las publicaciones que sus amigos habían hecho en sus historias de Instagram, pero regresó solo a una de ellas. Era el chico castaño del departamento de junto, disfrutando de una deliciosa comida con Niko.

-Que ganas de estar ahí, para comer esa deliciosa pasta verde.

🎄

A las 9:00pm de la noche ya se encontraba listo y sentado en la sala de su departamento. Roy quedó en pasar a las 9:30pm por él para acudir al departamento de Joaco.
Cece abrió la puerta del departamento de Joaco a los dos chicos cuando por fin llegaron, la mesa ya estaba puesta, aunque la cena aún no estaba lista. Se dirigieron a la sala, donde se encontraban todos reunidos.

-Hola Emilio- saludó el castaño- Roy- saludó al mencionado.

-¿Así que tú eres Roy?- Cece examinó al chico de arriba hacia abajo y después dio una corta mirada a Joaco y a Niko- vaya.

-Sí, soy yo. ¿Tú eres?

-Me siento ofendida con esa pregunta- hizo un gesto demasiado dramático- soy Cece, la mejor amiga de tu cita.

-Oh, pues un gusto conocerte- sonrió y le dio un corto beso en la mejilla.

Joaco sirvió dos copas de vino tinto para Emilio y Roy, todos tomaron asiento en los sillones.

-Entonces- habló Cece- síguenos contando ¿qué pasó después?- se dirigió a Niko, quien contestó con una pequeña risita- es que, Niko es veterinario y nos estaba contando una historia muy cómica acerca de un perro que atendió- continuó la chica dirigiéndose ahora a su mejor amigo.

-Que emocionante- fingió interés.

Después de un rato de historias de perros, ya se sentía un poco harto de las risas de todos ante lo que el chico dijera. Hasta Roy estaba entretenido escuchando las historias del ¿amigo? ¿novio? de Joaco. Se puso de pie y atravesó la casa del castaño lacio hasta llegar al baño, necesitaba despejarse un poco, así que entró y echó un poco de agua en su rostro. Cuando salió Joaco estaba en la cocina sacando el pavo del horno.

-Hola- dijo tímido.

-Hola Emi... Emilio- se corrigió a sí mismo.

-No, no. Emi está bien- sonrió.

-Espero que vengas con hambre porque hay mucha comida.

-Claro que sí- y era verdad, sólo había comido aquella sopa en todo el día- hablando de hambre, te extrañé hoy a la hora de la comida- confesó.

Joaco lo miró- ¿me extrañaste a mí o a mi comida?

-A los dos- contestó sincero- aunque más a ti, porque tu comida es deliciosa, pero extrañé más tu compañía- ambos sonrieron.

-La verdad igual te extrañé.

-Esa si no te la compro.

-¿Por?

-Vi tu historia con Niko.

-¿Andas stalkeandome?- preguntó curioso.

-No, para nada. Me apareció entre las demás. Pero ese no es el punto, sino que tuviste buena compañía hoy.

-Pues sí, Niko es una excelente compañía, pe...

-Miren, ¡ya está lista la comida!- La voz de Niko interrumpió las palabras de Joaco.

Todos pasaron entonces a la mesa, Cece se sentó al centro, Niko y Joaco en un costado y Emilio y Roy frente a ellos. Los cinco estaban disfrutando de la comida, Joaco era muy bueno en la cocina.

-¿Y hace cuánto trabajas ahí?- Niko y Roy estaban teniendo una amena conversación acerca del trabajo del segundo y los demás solo se dedicaban a observar y escuchar.

-¿Te acuerdas cuando fuimos al centro comercial y aquel chico te dejó hablando solo?- preguntó Joaco a Emilio, tratando de cambiar el tema de conversación.

-¡Joaco!- lo regañó- calla, eso fue vergonzoso.

-Jajaja te viste muy tierno ahí parado- se burló de él.

-Shhh.

-¿Emilio podemos salir un momento?- Roy se había levantado de la mesa.

-Sí, claro.

Ambos salieron al pasillo. Cuando la puerta estuvo cerrada Roy tomó la mano de Emilio, lo que puso un poco nervioso al chico de rizos.

-Sabes que eres un chico encantador ¿verdad?- las mejillas de Emilio se ruborizaron un poco- tienes unos ojos hermosos y una sonrisa divina.

-Pero...

-¿Pero? ¿Por qué crees que hay pero?

-Créeme, he escuchado esas palabras antes. Mi suerte en el amor es una en un millón.

🎄

Eran las once de la noche, se habían acabado la botella de vino y se habían saciado con la comida que Joaco había preparado. La navidad estaba muy cerca y un chico pensaba en lo ridículo que se vería corriendo por el parque desnudo.

-Bueno, yo me paso a retirar chicos- habló la única chica presente- fue una noche fantástica, pero tengo que irme.

-¿Cómo que te vas Cece? Me habías dicho que te quedarías hasta media noche.

-Lo sé Emi, pero surgió algo que no puedo dejar pasar- le guiñó- fue una velada divertida, deberíamos repetirla- se despidió de todos con un beso en la mejilla y deseándoles feliz navidad cerró la puerta tras ella salir.

Un pequeño momento de incomodidad invadió el departamento, pero Roy fue quien lo destruyó.

-Bien, en vista del éxito obtenido creo que también paso a retirarme- anunció.

-Te acompaño, podríamos ir por algo de tomar si quieres- los otros dos chicos presentes solo los miraban.

-Va, va- contestó animado ante la sugerencia.

En cuestión de unos minutos los chicos se retiraron, dejando a Joaco y Emilio solos, mirando hacia la nada. Después de un rato ambos soltaron un suspiró frustrado.

-Creí que Niko era tu novio o algo así.

-¿Qué? No- contestó con un gesto de repugnación- somos amigos de toda la vida, casi hermanos, por eso nos tratamos tan cariñosos, si a eso te refieres.

Por algún motivo, eso hizo que una pequeña corriente de electricidad recorriera las palmas de las manos de Emilio.

6 días para navidad|Emiliaco|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora