•2 "Hannah Hackman"

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Kartan

-¡Llegó, Llegó!- los gritos de Konrad se escuchaban en toda la casa. Solo bastó unos minutos para darme de cuenta de quién hablaba.

Suspiré irritado y me asomé en la ventana de mi habitación. No me interesaba para nada esa chica solo tenía curiosidad de saber como era. Bajando de un auto lujoso una chica de un blanco de porcelana y cabello negro azulado largo que le caia por la cintura y flequillo de niña.

-Linda delantera- dije en voz baja con una sonrisa de lado.

-La tiene, ¿no es cierto?- me respondió un Konrad sonrojado. Me sobresalte un poco y le di un zape en la nuca.

-Auch- se quejó- ¿Que te pasa? solo te contesté.

-Toca la puerta antes de entrar, imbécil- respondí irritado.

-¡Cállate que nos mira!- exclamó poniéndose en cuclillas y había olvidado que seguía en boxers. Miré rápidamente y mire choque mirada con unos ojos grises digno del linaje Hackman pero no eran los únicos ojos que me miraban a su lado se encontraba la molesta mirada de Christopher.

Christopher con su largo cabello  castaño que le caía más arriba de los hombros, piel blanca y ojos grises, por más arrogancia que mostrará el individuo, nunca perdía la gracia, era alguien con porte elegante, que con solo verlo se daba a respetar.

-¡Nadie podía llamar tanto la atención, solo yo!- exclamé lo suficientemente fuerte como para que ellos escucharán.

Kartan Shackson, soy el primero en el tops de los sexy del colegio, guapo, tengo dinero, todas me desean...

-Orgulloso, arrogante, calculador, insociable, busca pleitos...- Ennúmeraba Konrad contando con los dedos de su mano.

Bueno al parecer estaba hablando en voz alta.

Christopher con una mueca de superioridad tomó del brazo a la chica y la arrastró hasta adentro de la mansión.

Estúpido.

-¿Ya se fueron?- preguntó Konrad asomando los ojos y la maraña de pelo que tenía.

-Fuera de mi cuarto- le ordené molesto.

-Igual ya me iba- bufó dramáticamente caminado hacía la puerta.

-No me digas que te gustó Hannah- río estúpidamente Jessica entrando en mi habitación.

¿La hija del enemigo?, nunca. ¿Además hoy era el estúpido día de entrar como si nada a mi habitación?

-Largo- grité empujandola por donde vino.

• • •

-¡Ey Kartan!-  Konrad llegó corriendo hasta a mí apenas bajo el primer pie del auto.

-¿Qué pasa?- contesté con mi clásica voz fría, el otoño estaba empezando y Konrad se había puesto un suéter marrón sobre la camisa del uniforme de tal manera que sus ojos avellanas resplandecían como si alguien hubiese metido un foco entre ellos.

-Escuché que por la llegada del otoño tendremos actividades en lugar de clases hoy- Konrad movió rápidamente las manos de arriba abajo con excitación, por toda respuesta soltaba un especie de bufido.

-Adiós perdedores- se despidió Jessica mostrándonos el dedo medio quedándose en la entrada del instituto con un grupo de chicas.

Lentamente los dos caminamos en dirección a las escaleras del instituto, Konrad saltaba de un pie al otro, a nuestro alrededor las chicas sendas de risitas, era desagradable que Konrad fuera tan casi tan atractivo como yo porque entonces la atención se volvía doble cuando estaban juntos y desgraciadamente eso sucedía muy seguido.

Entramos a el salón lleno de estudiantes y nos sentamos en las bancas de siempre, me senté pegado a la ventana y Konrad a un lado, así ninguna chica podía sentarse a babear a un lado.

-¿Que hay de nuevo, chicos?- saludó desde el asiento de frente Gabriel, el mejor amigo de Konrad.

-Sabes que llego la prima de Christopher de Japón- anunció Konrad sonriendo traviesamente.

-¿Y esta buen...-

-Voy al baño- anuncié irritado. Esa chica llegaba de la noche a la mañana y ya es noticia. Resoplé enojado al darme de cuenta que el baño estaba cerrado, baje hasta el primer piso y me metí al baño.

Al salir caminé hasta las escaleras y sentí a alguien detrás de mi, ignoré la presencia y seguí caminado, caminé la biblioteca solo para cerciorarme que me estaban siguiendo y al subir las escaleras de regreso al salón y seguir sintiéndo que me seguían me enojé.

-Déjame en paz- dije dándome la vuelta y mirando fijamente a Hannah Hackman mirándome sorprendida.

-¿Q-qué?

-Deja de acosarme.

-P-pero

-El baño, la biblioteca ¿Crees que no me he dado de cuenta?

-Yo...

-Tú nada, solo dejame en paz.

-¿Quién eres?- preguntó por fín la chica y todos los que se habían detenido a murmurar lo que estaba sucediendo se quedaron mudos en su incredibilidad-. Creo que se ha equivocado- pronunció en perfecto inglés- siento los malentendidos- y se marchó dejándome estático sin poder creer lo que había dicho esta chica ¿Me creía tonto? Pero antes de que pudiera decir algo sentí un peso extra en mi hombro me hizo casi perder el equilibrio y con irritación miré al fastidioso peliplata que se encontraba a mi lado.

-¡Te la metieron!- gritó en mi oído a carcajadas con el vocabulario vulgar que había obtenido recientemente-. Tengo que conocer a esta chica- suspiró risueño Konrad para tomar el mismo camino que la chica había tomado pero lo detuve sujetandolo del hombro-. ¿Ah?- preguntó haciéndose el desentendido.

-Tú no vas a ningún lado-dije molesto-. Eres mi hermano si mal no lo recuerdas.

-Ay- se quejó tristemente- no me reproches salí del salón buscando por que te tardabas tanto y te encuentro dando semejante espectáculo.

-Cállate- dije entre dientes mirando el pasillo por el que había desaparecido la chica de pelo negro azulado.

Y en este momento no me iba a quedar con los brazos cruzados. ¡Nadie me humillaba! Me tenia que vengar ante esta humillación- porque eso era lo que era- que ella lo que me había hecho pasar, así como me llamó Kartan Shackson.

Entre VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora