0014: jugo de frutilla

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Jungkook no entendía como diablos terminaron dentro de la casa rodante del jefe del hombre vestido de oso. El lugar era bastante lúgubre y había ropa tirada por todos lados, bastante diferente a la organización que tenían él y Namjoon cuando vivían juntos. A Jungkook no le gustaba el desorden, sabía que en parte era por la educación extrema que había tenido en su infancia y adolescencia. "¡Jungkook, hay una maldita miga de pan en el suelo!" Eso, eso estaba acostumbrado a escuchar después de la cena. Era algo que lo ponía nervioso, descolocado y que le daba, a veces, ganas de llorar.

Pero no podía pensar exclusivamente en sus traumas cuando estaba sosteniendo a Taehyung por debajo de los hombros. Él argumentaba que ya estaba mejor, pero por alguna razón ambos se rehusaron a soltarse. Namjoon les dio una mirada rápida antes de enfocarse en el desastre en el que estaban metidos. Yoongi tenía un ojo que se iba haciendo más morado con el paso de los minutos, también una línea de sangre que bajaba desde su nariz y se perdía en el inicio de su mentón. Jimin lo miraba preocupado. Seokjin estaba teniendo una acalorada discusión con el jefe del oso sobre "como permite esta clase de tratos a sus trabajadores" mientras él los miraba bastante temeroso de perder su trabajo.

Jungkook escuchó que se llamaba Hoseok. Le sorprendió bastante encontrar a otro chico coreano ya bastante lejos de Coreatown, pero supuso que todo era una gran y descabellada coincidencia. Volteó para ver a Taehyung, quién mordía uno de sus labios con la mirada gacha y pensando en vaya uno a saber qué. No tuvo mucho tiempo para adentrarse en la forma en la que sus ojos se curvaban o como su cabello bailaba del modo más quieto posible sobre su frente, porque el jefe de Hoseok le dio un golpe muy fuerte a la mesa que usaba como escritorio.

El ruido llamó la atención de todos y cortó el discurso de Seokjin: —¡Yo no tengo la maldita culpa de que los niños lo quieran golpear! ¡Quizá si aguantaras mejor los malditos golpes o si hicieras bien tu trabajo no tendrías que estar en esta situación ahora!

—¿Está diciendo que hago un mal trabajo? —Hoseok se apuntó a si mismo con su dedo índice, sus ojos se abrieron sorprendidos y su boca tembló antes de seguir con su respuesta. Jimin pensó que parecía bastante tierno, hasta que se enojaba. —¡Soy un puto bailarín! ¡Trabajo bailando pero adentro de un disfraz de oso que huele a vómito y a drogas pero nunca me quejo porque necesito el trabajo! ¡Soy la persona más puntal del puto mundo y trabajo hasta los días festivos! ¿¡Y ahora me dice que no hago bien mi trabajo!?

—Quizá haría mejor su trabajo si no dejara pasar a los locos que solamente quieren buscarle pelea a los que se rompen el culo para tener un poco de plata. —Agregó Yoongi con los brazos cruzados. Hoseok lo miró impresionado, como sorprendido de que lo estuvieran defendiendo tanto. —¿En serio me está diciendo que nunca estuvo en su lugar? Los jóvenes hacen lo que sea para sobrevivir, los inmigrantes merecen ser tratados con respeto. Que él sea coreano no le da el derecho de explotarlo a su antojo, por eso el país va como va, ¡Por gente como usted!

El jefe lo miró con bastante asco: —No voy a tener esta conversación con un chiquillo como vos, ni siquiera te conozco.

Yoongi levantó su mano: —Min Yoongi. En el bar de Coreatown tengo muchos amigos, si quiere puedo ir a buscarlos para conocernos mejor.

Jimin abrió la boca, tanto que su mentón casi toca su propia papada y sus ojos se desenfocaron sobre la figura de su amigo. Seokjin le dio un golpe sobre el hombro y en coreano susurró "¡Estás loco Min Yoongi te voy a dar una patada tan fuerte en el culo que lo vas a usar de sombrero!" Y Namjoon solamente pudo frotar su rostro pidiendo por paciencia.

El jefe sonrió irónico: —Oh, eso no hace falta... —Pero Yoongi interrumpió.

—No voy a permitir que no le levanten cargos a ese hijo de puta. Me partió la cara por homofóbico, se fue impune mientras a nosotros nos tienen acá por supuestos disturbios. Admito mis putos errores, pero no voy a permitir esta mierda. Hirieron a mi amigo, a un trabajador y a mi. Mientras sentí su puño en mi cara me susurró lo lindo que sería que me rompieran el culo en la carcel, lo mucho que deseaba que la gente como yo estuviera muerta, ¡Solamente por tener las putas uñas pintadas! ¿En serio va a tolerar esos comportamientos de mierda en su parque?

la minivan de Seokjin ☆ taekook/kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora