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Sólo una frase volvía a decirme una y otra vez:

Ojalá pienses en , como yo pienso en ti. Debería odiarte pero, no hago otra cosa más que imaginarte acariciando mi cuerpo día y noche”

⎯⎯ Vamos Venus es tu hora ⎯⎯ dijo mi mánager aunque bueno, yo solía decirle Yoonie cuando  no estábamos rodeados de gente, ya que según él, debía mantener la imagen de rudeza

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⎯⎯ Vamos Venus es tu hora ⎯⎯ dijo mi mánager aunque bueno, yo solía decirle Yoonie cuando  no estábamos rodeados de gente, ya que según él, debía mantener la imagen de rudeza.

Nos conocíamos hace tantos años que nuestra confianza era extrema, incluso fue mi novio hace cinco años atrás pero, decidimos quedar como amigos ya que habíamos confundido la relación de trabajo y amistad con sentimientos que en realidad nunca existieron.

Retoco mi maquillaje y el nuevo vestuario por última vez: una vaquera mala con encantos de seducción. Botas de cuero marrón, un pantalón negro realmente ajustado (de esos que se pueden romper con facilidad), falso armamento a los costados de mi cintura, sostén de cuero aterciopelado oculto tras una mini camisa blanca hecha un moño por delante dejando a la vista mi ombligo, y un encantador sombrero femenino a conjunto con el resto de los accesorios.

Oigo la presentación que hace mi mejor amiga a mi nombre mientras exhalo e inhalo tratando de tranquilizarme, hasta que por fin Black Atlass & Jessie Reyezsacrifice”, comienza a sonar. Esta vez no me toca estar colgada de un caño, por lo que una simple silla de madera barnizada será mi elemento.

Los gritos eufóricos de los hombres hacia mi persona, me hacen sonreír por inerte naturalidad. ¿Qué puedo decir? Estoy satisfecha con mi cuerpo y lucirlo a la manera que más me complace; no es un delito bailar, y aunque ese niñato de bonitos ojos cafés me haya llamado prostituta, no me concierne en nada. No es la primera vez que me lo dicen por lo que no me afecta. Sé lo que soy, sé lo que hago, y con mantener mi conciencia tranquila, me basta y me sobra.

Camino alrededor de la silla, moviendo mis caderas y acariciándola como si alguien estuviera ahí, alguien que posiblemente no se haya ido de mi mente desde la semana anterior. Me siento a horcajadas en el frío material con el acompañamiento de la desatadura de la camisa.

Muchos creen que ser stripper es fácil, pero creanme que no. Detrás de esto, trabajo como cualquier persona durante el día, debería ir a la universidad pero, nada de lo que me interese está allí. Todo lo que me hace feliz, todo lo que me motiva, me relaja e inspira, está aquí, en esta pista. Y nada de lo cuan importante es mi nombre, surgió de la nada, trabajé y me ejercité tanto en todo este tiempo, que poco a poco lo fui logrando.

Me deslizo al suelo sensualmente, juego un poco en la posición de cuatro, y cuando estoy elevándome nuevamente, ahí lo veo. Podría sentir que incluso mi mirada se encontró con la suya a pesar de lo muy cubierto que está su rostro; su movimiento de piernas inquietas me lo confirman. Le excito, le gusto, le encanto, de lo contrario no hubiera regresado.

Jungkook.

¿Cómo podría olvidar su nombre?

Juguemos un poco con él.

Me quedo parada dándole la espalda al público, y llevando mis manos hacia abajo de mi abdomen, sujeto la tela correspondiente del pantalón donde se debe jalar.

Y así lo hago, dejando mi trasero a la expuesta imagen, justo en su dirección, quedando simplemente en sostén, bragas y botas.

Los gritos de los masculinos se oyen y muero por girar para ver qué hace él, sin embargo, sigo siendo profesional, y al ritmo en que la canción va terminando, me voy sentando en la silla con suma delicadeza.

⎯⎯ ¡Muy bien Venus! Estuviste preciosa, recuerda que a las once tienes una presentación en casa de unos universitarios riquillos no-

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⎯⎯ ¡Muy bien Venus! Estuviste preciosa, recuerda que a las once tienes una presentación en casa de unos universitarios riquillos no-

⎯⎯ No tardes ⎯⎯ respondo haciéndole burla ⎯⎯ tranquilo Min, aún tengo media hora de sobra, estaré ahí ⎯⎯ respondo mientras quito mi ropa detrás de un gran armario y colocándome la bata, mi camarín no es tan grande por lo que no habría lugar para un vestuario personalizado.

⎯⎯ Está bien ⎯⎯ soltó un soplido mientras cerraba la puerta.

Sonrío negando divertida, tomo un poco de crema corporal y la trasciendo por mis brazos, no estaba sudada en lo que se requiera una ducha, pero sí necesitaba hidratar mi piel.

Él está aquí.

Toda la semana recé porque viniera, y ahora que está ahí, a pocos metros de mí, no sé qué hacer.

Su gruesa voz se había grabado en mis oídos como una melodía pegajosa; se había comportado como un idiota conmigo pero, mi cerebro tenía el poder de modificar esas frases negativas en palabras sumamente eróticas, llevándome a sueños de largas horas.

No me había dado cuenta de la ensoñación que tuve al recordar o más bien, imaginar situaciones, que el golpeteo en la puerta me despertó por completo.

⎯⎯ ¡Venus, ya faltan diez minutos! ⎯⎯ oigo la voz de Min YoonGi del otro lado de la puerta un tanto molesta por lo que doy un salto recomponiendome.

⎯⎯ Lo-lo siento, ya voy.

⎯⎯ Lo-lo siento, ya voy

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𝐒𝐓𝐑𝐈𝐏𝐏𝐄𝐑 | 𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora