Uno: YeonKai

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Huening kai había luchado mucho por ahorrar por un peluche de su conejo favorito Molang y cada vez que juntaba el dinero de su mesada, siempre se agotaban. Como auto recompensa decidió ir a por una de esas malteadas de chocomenta de las que tanto había escuchar criticar su mejor amigo Taehyun. La cafetería estaba cerca de los dormitorios estudiantiles donde vivía con su amigo, aunque no estaba seguro sí era la cafetería a la que se refería Taehyun.

Cuando entró a la cafetería sus ojos fueron cautivados por un hombre alto, de hombros anchos, piel besada por el sol, un montón de pircings en las orejas, chaqueta de cuero y apariencia rebelde. Era el tipo de chico del que Taehyun siempre le advertía estar alejado y eso le encantaba mucho. Huening era un poco mañoso y amaba contradecir a su mejor amigo. Era tanto su adicción a contradecirlo que sólo porque odiaba el chocomenta este lo iba a volver su sabor favorito sin siquiera probarlo.

Sin pensarlo mucho se sentó con su malteada, detrás de la mesa de ese chico guapo mayor. Y como era de esperarse al rato llegó una linda chica y se sentó junto a él. Kai se puso celoso y apenas lo estaba conociendo. Ese hyung debía ser suyo. Como buen detective que era, escuchó bien la conversación, tanto que se había tomado por lo menos tres malteadas de chocomenta sin darse cuenta.

-Nunca había visto a alguien gustarle tanto la chocomenta como a mi ¿Por qué no te había visto antes por acá pequeña? -Eso era uno de los problemas de Kai, cuando no llevaba su uniforme escolar a menudo era confundido con una chica por su cabello largo y rostro de muñeca, también su ropa de color pastel ayudaban a verse más femenino.

-Soy un chico hyung, y es la primera vez que vengo a esta cafetería ¿Usted es frecuente? -Pestañeó coquetamente con su voz media gruesa a causa de la pubertad. Kai sabía que no sería un problema conquistarle ya que desde que se había ido la chica que estaba con el chico guapo, este sólo miraba para atrás solo para verle. Él estaba consciente de que por su apariencia angelical era irresistible.

-Oh, perdona es que eres...-fue interrumpido:

-Muy bonito, bueno más bonito que el promedidio de las chicas con las que sales, lo sé, hyung. -Le dió un solvo largo a su malteada, parando en el momento justo para no congelarse el cerebro.

-Bueno tal vez. Por cierto soy frecuente acá, en realidad vengo todos los días después de clases y me encuentro con mis citas, te recomiendo las malteadas de acá, te juro que tienen el mejor Choco Menta de toda la región. -Sin más, el chico de pircings y pelo azul, se paró de su asiento y salió por la puerta avergonzado con su confusión...

El dependiente sonrió.

Al día siguiente, HueningKai se encontraba en la cafetería, y al siguente, y al siguente, hasta que pasó una semana completa. YeonJun se había dado cuenta que ese niño con cara de princesa lo miraba demasido al grado de que se sentía incómodo. También había descubierto que tenía dieciséis años y debía estar alejado a toda costa del menor. Él ya tenía diecinueve años y era muy grande para él. Claro eso sin contar de que a él sólo le gustaban las mujeres, por más que él fuera más bonito que todas sus conquistas.

-Hyung, es para usted. -Unas mejillas sonrosadas, unos ojitos brillosos le estaban entregando una carta de envoltura rosa pastel y con calcomanías de conejos.

-¿Esto es? -Se tocó el cabello tratando de fingir que no sabía lo que era. YeonJun ya estaba muy acostumbrado a las cartas de amor y las declaraciones diarias por su apuesta apariencia.

-Una carta de confesión, hyung. -se mordió el labio antes de continuar: -Iré al grano usted me gusta mucho y no voy a parar hasta conquistarlo.

-Eres muy joven para mí pequeño y aunque eres lindo, no lo niego no me gustan los hombres. -YeonJun sentía que tal vez se le había ido la mano rechazado al niño, pero mientras más letal, mejor. No podía salir con un ilegal, aunque él no era tan mayor de todos modos.

Mint Choco (TaeBin | YeonKai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora