Capítulo 4 - Ring.

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Cristina.

¿Se puede saber de que va? Espero a que salga de la cafetería con sus amigos.

-Hola cariño.

Se para al verme y sus amigos se quedan mirándome.

-¿Podemos hablar?

-Claro, ¿que pasa?

-En privado.

-Chicos, después nos vemos.

Se despide y camina junto a mí hacia uno de los muchos bancos de madera que hay en el césped.

-¿De que quieres hablar?

Se sienta en el lado izquierdo y me siento junto a él.

-No sé, dimelo tú.

¿Acabo de usar una frase de Adrianna?

-No te preocupes, he hablado con mis amigos. La próxima vez que te digan algo así no les hagas caso, me gustas tal y como eres.

Pasa uno de sus brazos por mi hombros y me atrae hacia él.

-¿De que estás hablando?

-¿No era eso de lo que queria hablar?

-No. Pero me acabo de enterar de que tus estúpidos amigos piensan que no soy buena para tí.

Me alejo de él.

La próxima vez que los vea se van a arrepentir de haber hablado sobre mí.

-No es eso lo que han dicho, solo que se preocupan de que me dejes por alguien que se parezca más a tí.

-¿Que se parezca más a mí? Explícate.

-No sé, como los demás novios que has tenido antes.

Ya sé que mi historial de novios no es muy bueno que digamos pero nadie tiene derecho a decidir que o quién me gusta.

-¿Y tu les haces caso?

-Bueno...

-¡¿Cómo que bueno?! -grito haciendo que varios estudiantes se giren hacia nosotros.

-Cris, relájate.

-No me da la gana relajarme. Es como si ahora te digo que no confio en tí porque a lo mejor el día de mañana te vas con alguna tía tan aburrida como tú.

Nada más decirlo me arrepiento al ver como le cambia la cara.

-¿Piensas que soy aburrido? -dice ofendido.

-Yo... No sé... Creo que deberiamos dejarlo por un tiempo para ver si de verdad encajamos.

-¿Por un tiempo? ¿Acabamos de empezar y ya quieres cortar conmigo?

-No vamos a cortar, solo vamos a dejarlo por un tiempo, que no es lo mismo.

-Si es lo mismo. -dice levantándose del banco.

-¿Adónde vas?

-A buscar a una chica aburrida que quiera ser mi novia.

-Joan, sabes que no lo he dicho enserio. -le digo mientras le acaricio la mano y me levanto para abrazarlo.- Solo déjame pensarlo.

-Vale.

(...)

-¿Se puede saber en dónde estás? -pregunta Adrianna alterada.

-Estoy aparcando relájate.

-Como no vengas ya me parece que voy a matarla sin tí, porque la verdad es que me está jodiendo bastante.

-Ya he aparcado, estoy aquí al lado.

Cuelgo y cojo mis cosas del asiento de atrás. Shorts, camiseta de tirantas, cintas, guantes... Vale, tengo todo. Salgo del coche y lo cierro.

Camino hacia el callejón en el que se encuentra la puerta del garito.

-Cristina, ¿que tal? -me pregunta el portero lleno de tatuajes.

-Genial Christian.

-Adrianna está en la zona de taquillas con... ¿Susana?"

-Sí, Susana. Nos vemos cuando haya pateado unos cuantos traseros.

-Suerte. -me dice mientras me deja entrar.

Nada más entrar me llega el olor a cigarrillos habitual. Esta noche hay bastante gente.

-Cris, Adrianna está allí. -me dice uno de los encargados señalando a una Adrianna nerviosa junto a una despreocupada Susana.

-Gracias.

Nada más verme me tira del brazo y me conduce hacia los vestuarios.

-Como la odio, puff. Puta Penélope. -dice mientras tira su bolsa de mala manera encima de una de las banquetas.

-¿Que le pasa? -le pregunto a Susana al oído.

-Penélope, que le ha recordado lo del novio.

El día que Adrianna empezó a salir con su actual novio nos sorprendió tanto como a ella misma.

-¿Quién es la compañera de Penélope?

-No sé, pero yo me pido a Penélope.

Se coloca los guantes y lanza unos cuantos golpes al aire.

-Vale, pues yo con...

Me interrumpe el sonido de la puerta del vestuario dejándo ver a Penélope acompañada por una chica pelirroja de mi estatura más o menos, delgaducha y de blancos dientes.

-Hola perdedoras. Os presento a Deila.

-Lo de perdedoras lo diras por tí. -dice Adrianna atándose los cordones por tercera vez.

-Pareces nerviosa. -dice Penélope riéndose con su amiga.

-¿A que habeis venido? -les pregunto mientras me siento para rebuscar en la bolsa.

-Deila quería ver a nuestras contrincantes.

-Bueno ya nos habeis visto, ahora fuera.

Adrianna está de un humor de perros.

-Reserva tu mal genio para el combate. -dice Penélope y se va por dónde ha venido.

Me termino de amarrar las calzonas para que no se me caigan y tiro de Adrianna para salir al pasillo que nos hacen para salir al ring. El antro ya está infestado de personas con la mano levantada haciendo sus apuestas.

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